Los estudiosos de la motivación han propuesto desde hace bastante tiempo que existen dos tipos de motivaciones: La intrínseca y la extrínseca. Es decir aquella que tenemos por nosotros mismos y otra, la externa la que conseguimos porque obtenemos algo con nuestra acción o actitud.
Es muy frecuente escuchar: “no estoy motivado”, “no gané la partida porque no estaba motivado”, “hoy no jugó porque no tenía motivación suficiente”. En la vida cotidiana es frecuente escuchar a estudiantes decir: esta clase no me motiva o no me motiva para salir… y en el campo del trabajo lo mismo: este trabajo es poco motivador o también hoy no estoy motivado para esa actividad o para ir a trabajar. Así que el campo de la motivación da para mucho. La cuestión es ¿Cómo motivarse?

El problema radica en que generalmente buscamos la motivación externa, es decir, la extrínseca, lo cual es un error. Es decir no es correcto esperar que algo de fuera nos motive. La única cosa que se le debe pedir a los factores externos es que no sean negativos, que no me reste motivación. Por ejemplo, si hago una actividad, por la que no recibo dinero, al menos que no me quite dinero, si hago deporte que no me parta un brazo cada vez que lo intento.
Pero veamos porque la motivación externa, la que espera una recompensa, la extrínseca no es buena: imagina que te ofrecen un buen trabajo con un buen sueldo, lo aceptas con gran motivación, pero cuando pasan unos años seguramente, el sueldo no te parecerá tan bueno y esa única motivación económica, luego no es suficiente. Además, hay algunos estudios que apuntan que en igualdad de tareas en el trabajo, los que reciben más dinero, son peores, rinden menos. O sea, una oferta, un trabajo, una recompensa, al principio nos parece formidable, pero con el paso del tiempo… nos aburre. Así somos las personas. Otra desventaja de la motivación externa es que nos hace adictos y con deseos a corto plazo. Si siempre esperamos el premio por la actividad que realizamos, el día que no tengamos ese premio ¿Qué hacemos? También nos propone ver cosas como intercambio y a corto plazo: plantear una actividad a muy largo plazo, sin ver los incentivos —porque lógicamente no los puedes ver, no sabes como estarán las cosas de aquí a diez años— hace que nos quite el interés y la motivación. Finalmente nos quita la creatividad: nos volvemos funcionales, hago lo mínimo para tener lo que necesito, no trato de ser excelente, puesto que no vale la pena.
Apostemos por la motivación interna
Si, pero ¿Cómo? Fácil, haciendo lo contrario de lo que hemos visto anteriormente. Algunas ideas pueden ser:
1.- Disfruta de lo que haces: Dale sentido a aquella cosa con la que quieres motivarte: el estudio, el trabajo, cualquier actividad: apunta lo bueno que te pude aportar y tenlo presente
2.- Encuentra un para qué: No es lo mismo que el por qué. Este último nos indica el motivo a corto plazo ¿por qué trabajas? Por dinero. Sin embargo si nos preguntamos el para qué trabajamos, la respuesta puede ser más amplia, con mayor profundidad, para conseguir viajar, bienestar, ayudar a la familia…
3.- Desarrolla un diálogo interno positivo: Háblate motivándote. Sería muy interesante tener una palabra, frase corta o muletilla que nos recordemos cuando lo necesitamos para darnos ánimo, que puedan ser como detonadores para insuflarnos motivación.
4.- Acostúmbrate al presente: El pasado y el futuro son campos de minas que hunden nuestra motivación. Si nos acostumbramos a sentir y vivir cada momento sin esperar demasiado, sin preocuparnos mucho por el futuro, estaremos más contentos por descubrir cada cosa que la vida nos presenta y
5.- No esperes nada a cambio. Plantéate que todo lo que haces es porque lo disfrutas, porque te gusta y no porque vas a conseguir algo: en el trabajo o en clase: porque si, porque lo disfrutas porque aprendes o haces algo divertido; en el deporte, porque me encanta eso que hago, en el juego, no por ganar y mejorar nivel, sino por disfrutar del juego en sí mismo. En la actividad física no por bajar de peso, sino por vivir intensamente el paseo.
Recuerda que eres lo que piensas y si te programas para pensar de una determinada forma, tu vida será así ¿te atreves?