Yo puedo decir que me gusta el color blanco y puede ser que alguien lo entienda como algo racista o que estoy en contra de los negros cuando nunca he querido decir una cosa semejante. Simplemente expresado una forma de entender los colores. Así que, por tanto, tendremos que empezar a ver el mundo con verdadera empatía, tratando de ponernos en el lugar del otro y entendiendo que lo que nosotros sentimos no es igual a lo que sienten los demás. Lo que queremos decir, muchas veces no es interpretado, tal como lo pensamos.

El mundo de las relaciones es bastante complicado. No es fácil expresarnos con claridad, especialmente aquellas cosas más profundas que tienen que ver con nuestros sentimientos y emociones. Es seguro que en algunas ocasiones te has sentido incomprendido/a. Es otra ocasión es seguro que aquello que entendieron de lo que dijiste no es exactamente lo que querías expresar, generando confusiones y malos entendidos.
Al complejo mundo de la comunicación personal no sólo hay que añadirle todo el lenguaje no verbal que, de por si, es todo un mundo, sino la vivencia personal. Lo que queremos expresar y decir, no siempre es aquello que las otras personas entienden.
Imaginemos dos personas que quieren hablar de amor. Una de ellas ha sentido amor desde su crianza, porque sus padres la amaron con locura, luego tuvo unos hermanos que también la quisieron y finalmente encontró pareja de la que se enamoró y vivieron ese amor durante mucho tiempo. Esta persona trata de hablar de amor con otra a la que su familia no atendió, vivió su infancia en un estado de casi abandono, sus hermanos peleaban por tratar de conseguir el afecto de sus padres y continuamente se enfadaban con grandes gritos y discusiones. Más adelante, esa persona siempre fue rechazada en el amor, nunca consiguió pareja y vive en soledad ¿Cómo podemos poner a hablar de amor a esas dos personas?
Seguramente estarán de acuerdo en que es prácticamente imposible, porque la idea de amor de cada una de esas personas es completamente distinta y seguramente no se entenderán. Mientras una hablará de su amorosa infancia, la otra dirá que fue odiosa. Si una habla con cariño de sus hermanos, la otra con rencor y finalmente una no ha encontrado la felicidad en la pareja, mientras que la otra se siente plena y feliz.
Vamos ahora a transformar esta idea a todas las esferas de nuestra vida. Es probable que cuando hable de cualquier tema, la persona con la que intercambio palabras, no entienda, no haya aprendido lo mismo que yo, por lo tanto el concepto que tiene de la vida, de la sociedad, de la política, del deporte, del amor, de la educación, de la sexualidad… de todo, no tiene nada que ver con la mía. Esa es una clave importante para la verdadera empatía.
Respetar el punto de vista del otro/a entender qué cada cual tiene sus percepciones y sus aprendizajes, que no es ni siquiera parecido al nuestro es básico para poder dialogar y comprender a la otra persona. Hoy se habla mucho de la empatía, tenemos que ser más empáticos, tenemos que ver otros puntos de vista… ¿pero de verdad somos capaces de ponernos en el otro lugar sin juzgar? ¿Somos capaces de entender que lo que yo siento y pienso distinto a lo que piensa el otro/a?
A la hora de comunicarnos y tratar de entender a los demás, vamos a tratar de ponernos verdaderamente en sus zapatos ¿Seremos capaces?