Ya se han encendido en muchos lugares los alumbrados navideños. Ya en los hogares empiezan a asomar las guirnaldas, calidez de las luminarias y los adornos al más puro estilo americano. La luz siempre es buena, nos evoca a la alegría, la felicidad, puesto que lo contrario, cuando falta la luz, cuando hay negrura, la sensación es de miedo incertidumbre, negatividad. Por tanto, nos toca disfrutar de las luces y todo lo bueno que nos trae.

Cada vez hay más personas detractoras de la Navidad. Muchas comidas, mucha alegría —a veces fingida—, familiaridad que no es real, tener que comer con quien no soportamos, una larga lista que seguramente se podría ampliar mucho más. Sin embargo, como espacio en Positivo, la propuesta es disfrutar de este momento que nos toca vivir. Ahora es Navidad, pues vivámoslo intensamente, vendrán los carnavales o cualquier otra fiesta, disfrutémosla. Por que cada minuto que pasamos contrariados/as son sesenta segundos que perdemos de felicidad.

La luz es alegría, es paz, es felicidad, es armonía. Vivamos todos esas opciones con felicidad. Aprovechemos estos espacios para celebrar buenos ratos con la compañía que queramos, pero siempre con buen ánimo y positividad. Las luces de Navidad nos evocan a pensar y vivir con mayor luz, con mayor alegría nuestra vida. Sería muy bueno que las luces también iluminaran nuestra sonrisa, nuestra vida y nuestra alma.

No apaguemos las luces. Vamos a tratar de fluir con todo lo bueno de este maravilloso periodo que nos toca vivir ahora. Como al calor de la hoguera de la felicidad que desprende la luz de Navidad, dejemos que entre por nosotros/as para calentarnos, para avivar todos los rincones que nos da este periodo. Aunque no encontremos demasiado sentido, aunque creamos que es lo mismo de siempre, dejémonos calentar por la luz de navidad que ya está encendida en calles y plazas.

Que la luz de la navidad, evoque a nuestra infancia, cuando curiosos/as descubríamos la magia del Belén, del árbol y la alegría de compartir momentos muy especiales en familia. Miremos con curiosidad y alegría este periodo como cualquier otro que nos toca vivir, con esperanza y felicidad.