Nueva entrega de la tan buscada y ansiada felicidad. Parece ser que las relaciones se sitúan en el epicentro del bienestar personal. No debe ser extraño, puesto como ya se ha dicho en muchas ocasiones, somos seres sociales, necesitamos de relaciones. La persona que huye de la relación personal, que se ensimisma y, es probable que no pueda estar satisfecho/a totalmente. Sin embargo, hoy parece ser un valor el ser antisocial. Hay quien dice no gustarle la gente como una actitud positiva, cuando, como se propone en este nuevo estudio, no es así.

La Universidad de Harvard sigue investigando sobre la felicidad. En este caso, después de más de 70 años de trabajo, Harvard concluye en su mayor estudio sobre el Desarrollo de los Adultos que ni el dinero ni la fama dan la felicidad. Parece ser más importante las relaciones que establecemos con la familia, amigos y parejas. Así, por tanto la fobia social o antisocialidad, es un problema para quien la padece, puesto que necesitamos de las personas. Nos necesitamos, incluso para ser felices.
Hace unas semanas en un libro se citó un experimento macabro que se hizo hace algunos siglos. Aunque hay varios y algunas controversias, parece que Federico II en el siglo XIII quiso saber qué clase de idioma hablarían los niños que nunca hubiesen escuchado hablar a nadie. Para ello, dispuso que un grupo de niños abandonados en un hospicio se los entregase a cuidadores que nunca les hablasen ni les hiciesen ningún ruido ni gesto expresivo o afectuoso. Todos los niños del experimento murieron.
Obviamente, se trata de un experimento siniestro, propio de una época oscura, pero que llama la atención que los niños/as que no tuvieron un contacto afectuoso, ni conocieron palabras, ni lenguaje, fallecieran. Lo cual demuestra, tal como propone el estudio que somos altamente sociales. No es necesario hacer ningún experimento para saber que un bebé recién nacido, si es abandonado, fallece. Necesita el contacto y apego con su madre. Tampoco hace falta ser un científico erudito para saber que la mayor parte de las cosas que aprendemos, es por relación con otras personas: primero con la familia, sobre lo que está bien o mal y nuestros primeros conocimientos, luego en la escuela con profesores/as que nos enseñan y seguidamente con nuestros amigos, pandillas, ídolos a los que admiramos y seguimos. Aunque sea a través de una pantalla, aprendemos con personas.
Teniendo claro que nuestra felicidad o, al menos, parte de ella se debe a las relaciones con otros/as, propongámonos establecer buenos lazos y vínculos con aquellos/as que nos rodean. Pongamos nuestro interés en cuidar algunas relaciones para ser un poco más felices cada día. Cuidemos las relaciones personales: sonriamos, ayudemos, escuchemos de forma activa, como forma de disfrutar de nuestra vida y contribuir a nuestro bienestar y de las personas que nos rodean.