Con tanto hablar de la felicidad resulta que me enterado que existe una felicidad negativa ¿Cómo es posible? La felicidad, si existe debería estar asociada a la positividad, a lo bueno a lo alegre y nunca mezclarse con la negatividad. Pero resulta que sí que existe esa felicidad negativa y, por cierto, no está nada mal. Dicen de la felicidad negativa como aquella de las personas que llevan una vida tranquila, sencilla, sin dolor o malestar, sin preocupaciones. Viven felices y tranquilos/as, pero no lo van exhibiendo.

Según esta tendencia que distingue entre las dos felicidades, es decir, entre la felicidad a secas y la negativa, es que la felicidad es la búsqueda, el procurarse, el tratar de conseguir el bienestar: si salgo de fiesta, si hago alguna actividad para conseguir estar feliz o que me procura bienestar o alegría. La felicidad negativa es aquella más estoica, más como ausencia de grandes sobresaltos. Vivir en paz y tranquilos.
Soy más de esa tendencia. De una felicidad sin publicidad, sin alardeos, sin tener que estar dando brincos de alegría, con una sonrisa en la cara, pero sin tener que estar dando risotadas que se escuchan a tres kilómetros. Una felicidad pausada, equilibrada y que brota de la paz interior, de sentirse bien con uno mismo. Lo que no me gusta es el nombre.
No voy a contradecir a los filósofos y expertos en estas cosas, pero haría otra distinción. Creo que la búsqueda de la felicidad, el tratar de encontrar momentos, lugares o espacios que nos alegran, bajo mi punto de vista, lo vinculo más al placer, a la alegría: Leo humor gráfico o veo una comedia, o voy a una fiesta porque me hace sentir bien en ese momento: es un instante, es un momento placentero.
Y lo que los expertos llaman “Felicidad Negativa” yo lo llamo Felicidad a secas. No es necesario alardear, ni mostrarse especialmente sonrientes para estar felices. No hay que pintarse una sonrisa artificial para salir bien en la foto, simplemente hay que sentir un estado de felicidad que brota desde de nuestro interior hacia afuera. Un estado de satisfacción personal y de bienestar porque nos sentimos bien. Por tanto, ese estado no hay que fingirlo con una sonrisa artificial porque esa sonrisa se nos notará en el rostro, en la cara, en los ojos, en nuestra forma de hablar y en nuestros gestos ¿Felicidad negativa? No. Simplemente Felicidad.