No es lo que te dicen, sino lo que haces con eso 

Cada día recibimos muchísimos estímulos que hemos de procesar. Algunos los digerimos más rápido porque nos parecen alineados con lo que pensamos, otros tardamos algo más. Sin embargo, lo realmente importante no es aquello que nos dicen, los miles de estímulos que procesamos, sino lo que hacemos con ellos. Uno de ello muy recurrente en estos días «la vuelta a la rutina», «otra vez lo mismo» «vuelta a empezar», «otro año para detrás» ¿Así sin más? ¿Eso es nuestra vida? Me niego a aceptar esas frases. Por tanto no es lo que decimos o pensamos, sino lo que hacemos con todo ello. Personalmente, recomendaría tirar esos pensamientos al cubo de la basura.

¿Que te llama la atención las malas hierbas o el camino?

La vida debe ser algo más que rutina, algo más que periodos de tiempo que se repiten sin cesar: días, semanas, meses, años… Pero eso no está escrito en ningún tratado importante, sino que brota de nuestra mente, de nuestro pensamiento ¿Qué te dices a ti mismo/a? No dejo de insistir en la importancia de nuestro diálogo interno y de los muchos recursos que tenemos para salir adelante, pese a esos pensamientos que siempre están presentes en nuestra vida y que se hacen presente, aunque no lo queramos en cualquier momento.

Nos dicen que volvemos a la rutina…

Es probablemente la palabra más escuchada en estos días en los que terminan las fiestas. «Pues a mi me encanta la rutina», «me gusta que haya terminado todo este jaleo de comidas y encuentros», «otra vez vuelta a lo mismo…» son algunas de las frases que escuchamos en estos días ¿Te sientes identificado con ellas? No tienes porque pensar como todo el mundo. Tienes tu propio pensamiento, tu propia vida… si de verdad estás de acuerdo, en tu corazón sientes que así es la vida, perfecto, pero si no, ese pensamiento debería ir a la basura y confiar en lo que tu crees y piensas en esta situación.

Tienes que hacer dieta

Hay que estar perfecta/o. Con unas medidas adecuadas, con una talla determinada, con una sonrisa reluciente -aunque no se vea con la mascarilla- ¿Pero de verdad debes hacer dieta? ¿lo sientes así? Nuestros deseos debe estar alineados con nuestro verdadero ser, si crees que no necesitas la dieta ni tampoco el deporte, es otro pensamiento que debiéramos tirar a la basura. No obstante, una mención aparte merece la cuestión de la salud. Si por motivos de salud, porque nos prescriben ese cambio, es lógico que lo hagamos, pero si nuestra salud está bien y no hay ningún tipo de inconveniente, esos pensamientos deberían también desaparecer de nuestra mente.

¿Qué hacer con esos pensamientos?

No es fácil dejar de pensar en algunas ideas negativas que aparecen en nuestra mente. Especialmente porque son recurrentes y parecen como mala hierba que siempre crecen al borde de nuestro camino. La técnica no es sencilla pero viable y posible. La cuestión es no darle demasiada importancia. La mala hierba crece, está por todos lados, pero yo puedo fijarme en ella o simplemente disfrutar del camino. Puedo ensañarme con esa maleza, tratando de cortarla, quemarla o fumigarla o puedo, simplemente, ver que hay otros aspectos en mi vida absolutamente maravillosos.

Ciertamente parece que cuanto más quiero evitar un pensamiento, una frase que me han dicho, algo que me ha impactado, más se hace presente todo el día en mi cabeza ¿Qué hacer con ello? Ignorarlo, centrarnos en otras cosas del camino, que hay muchas y estupendas. Ciertamente hay momentos en los que cuesta mucho porque rumiamos y rumiamos sin parar ¿por qué me dijo eso?, ¿por qué me dijo eso?, ¿por qué me dijo eso? tratando de dar un sentido o simplemente podemos de manera consciente pensar en otra cosa agradable o que nos mantega ocupados/as. Llevará su tiempo, tardará lo suyo, pero como todo es un ejercicio que, de manera repetida, puede ayudarnos a tener una vida más plena y feliz. ¿Qué piensas hacer con lo que te dicen? rumiarlo, rumiarlo y rumiarlo… o simplemente seguir tu camino… depende de ti.

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