La búsqueda de la felicidad es un reto constante. Mucho se ha dicho en este blog, una cantidad mayor se vierte en otros tantos lugares. Sin embargo hay una duda reciente sobre la cuestión de la felicidad. ¿Somos felices comparados con quién? Es probable que nuestra sensación de felicidad venga originada por la comparación, cuestión que en principio es un error notable, porque esa misma comparación invita a la infelicidad. Me explico…

Cuando hablamos de felicidad personal o de la mayor parte de actividades individuales o colectivas, lo hacemos comparando. Es decir yo soy bueno en atletismo —pongamos, por ejemplo— comparado con otras personas que hacen un tiempo igual o peor que el mío. Soy bueno jugando a la consola, porque soy capaz de derrotar a todos mis oponentes y llegar al primer lugar antes que otros, soy bueno en la cocina porque hago mejores comidas que… y así podríamos hacer una lista enrome. Por tanto, podríamos decir que nuestras cualidades nacen de la comparación.
Con la felicidad, por desgracia, sucede más o menos lo mismo. Soy feliz en comparación con otras personas que no lo son. Y, lo que es peor, hay quien afirma que nunca llegará a ser feliz porque no tendrán lo que tienen otras personas que aparentan ser felices, tales como poder riqueza, lujos, estatus social, etc. Por tanto, nos pasamos erróneamente comparando, pero con la felicidad no podemos ni debemos hacer eso. Por unas razones muy sencillas:
La primera es que no sé si de verdad la gente con la que me comparo es realmente feliz. Puede que aparenten ser felices, que sonrían, que se les vea bien, que tengan un aspecto fantástico, pero realmente les hemos preguntado ¿de verdad eres feliz? Nos creamos un modelo de felicidad viendo lo que hacen otras personas, pero realmente desconocemos si en el fondo, a quien admiramos es verdaderamente dichosa y feliz.
La segunda clave es que la felicidad no es medible. Puede que yo me compare con alguien a quien su felicidad es tener el último modelo de dispositivo móvil o la última consola o juego. Sin embargo, ese patrón no es el mío porque a mi me puede hacer feliz simplemente dar un paseo por la naturaleza. Aunque algunos se empeñen en buscar a la persona más feliz del mundo, es un error tremendo ¿en base a qué parámetros o medidas? ¿Lo que hace feliz a esa persona es una medida universal para todos/as?
Tercera y última la felicidad, como ya he ido apuntando la felicidad es subjetiva. Hay cosas que a mi me hacen feliz, que a otras personas simplemente les resulta indiferente o no le hacen nada feliz. Es por eso que nuestra felicidad no debería nacer nunca de compararnos con otros/as. Deberíamos desterrar de nuestro pensamiento y deseo personal que seré feliz cuando tenga, cuando haga, cuando llegue, cuando sea como… sino que mi felicidad depende de mi mismo/a, sin mirar hacia otras personas, sino preguntándome verdaderamente lo que me hace feliz.
No te compares en ningún aspecto de tu vida y mucho menos en la felicidad. Tu felicidad es tuya así, por tanto pregunta a tu corazón que es lo que realmente te hace feliz y ve a por ello, trata de estar la mayor parte de tiempo con esa sensación que te permite estar bien. Pero sin obsesiones, disfruta también del camino, de la búsqueda, que también es maravilloso.