El éxito es tu actitud

¿Hay quien quiere ser lo peor a posta o quien quiere hacer todas las cosas mal adrede? Seguramente y, de forma unánime, la respuesta será no. A nadie le gusta hacer las cosas mal ni tampoco quiere ser su peor versión. Es por eso que generalmente todos buscamos el éxito. Entendiendo el éxito como la mejor versión de nosotros, como hacer las cosas lo mejor posible o alcanzar la mayores cotas de bienestar. Obtener todos aquellos logros que nos proponemos.

Sin embargo, en esa búsqueda, es posible que nos perdamos. Queremos y deseamos tanto ese éxito que nos perdemos en esa selva complicada de proyectos, metas, deseos, puntos de llegada. Por tanto quizá sería conveniente no perder de vista nunca la meta, pero especialmente disfrutar también del viaje.

El éxito es el día a día, es tu actitud

Casi siempre se nos pide que fijemos metas, que nos pongamos objetivos, que tratemos de buscar nuestra mejor versión, que nos pongamos manos a la obra. Se trataría de dividir en pequeñas tareas para dar pasos cada día hacia la consecución de lo que nos proponemos. Es probable que esa presión nos haga olvidarnos del momento presente, de lo actual.

Por eso es que quizá convenga no perder de vista el momento presente. Tenemos que pensar que estar en camino de esa meta que nos hemos propuesto es parte del premio, es parte de nuestra vida y no podemos olvidarnos, por eso los pasos que estamos dando ya son el éxito en sí mismo y no sólo el logro o la meta. El éxito es estar en camino, es ahora, es el momento actual, la decisión de caminar, de ir hacia los objetivos propuestos.

A veces nos centramos mucho sólo en los resultados: cuando consiga tanto, cuando llegue a tantas personas, cuando logre y se nos pasa por alto el propio momento, la vida. Si hoy hicimos algo encaminado a ese objetivo, ya estamos en el éxito, si completamos la tarea de hoy que nos encamina debemos felicitarnos y celebrarlo. El día a día también es parte de nuestro éxito, de nuestros logros.

No perdamos de vista las metas, pero no perdamos de vista el día tras día. El corto y el medio plazo, también son importantes. No nos olvidemos de vivir cada momento pensando sólo en el gran objetivo. Nuestra actitud diaria es ya el éxito, haberlo intentado es éxito, estar en camino es éxito y no sólo el logro de la meta deseada, no sólo el premio final o el resultado. Cada día tenemos una cota grande de éxito en nuestra vida.

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