Lo quiero ahora, lo quiero ya. Todo era para ayer. El nivel de exigencia es máximo hoy en día, vivimos en la sociedad de la inmediatez. Todo es urgente, todo es inmediato. Esa forma de vida se convierte en una locura, donde apenas disfrutamos de lo que se nos presenta día a día. Tal vez, debiéramos pensarlo bien, poner pausa en la vida y recomenzar a vivir de otra manera, tomarnos la vida con más tranquilidad, con paciencia, dejando que lo inmediato pase de largo, sin importarnos demasiado.

La inmediatez que nos impide vivir plenamente
Lo inmediato no nos deja sentir la vida en su totalidad, porque siempre andamos corriendo sin destino, como si estuviéramos en un laberinto. Nos hace sentir que siempre llegamos tarde, que siempre hay prisa. Incluso, en fin de semana, cuando tendríamos que estar más tranquilos, parece que hay prisa por terminar la serie, por ver todo lo que pone la televisión, por no perdernos nada. Los estímulos que percibimos nos invitan a correr todo el rato, a vivir la vida deprisa, sin pensar. Así que pongamos la pausa y sintamos todo aquello que hacemos, vivamos en profundidad.
La inmediatez del consumo
Me parece una de las peores tiranías. Porque, lógicamente nos manipulan para caer en las manos del consumo sin sentido. ¿Cómo no voy a tener el último móvil? ¿Cómo no tener la mejor televisión? La publicidad nos bombardea para que no pensemos y compremos sin mirar. Hace unas semanas me llamaron de mi entidad con la que trabajo para que comparara una televisión. Tenía unas grandes características, pago aplazado… una maravilla. Pero puse la pausa: Déjeme pensarlo. Lo comentamos en casa, nos entusiasmó la idea, pero luego de pronto. Pero si tenemos una tele grandota que funciona la mar de bien ¿Para qué queremos otra? Paramos y decidimos que no la comprábamos. Precisamente, el consumo tiene esa basa, juega con lo inmediato, con los impactos en los locales comerciales: no pienses, cómpralo ya. Paremos, pensemos, no caigamos en esta inmediatez tan tirana y que únicamente nos da un beneficio inmediato y muy corto, pero que a la larga, no nos ayuda mucho porque nos endeudamos.
La inmediatez de las relaciones y la vida
Las relaciones no duran mucho hoy en día. Nada es para siempre. Todavía retumban en mi cabeza las palabras de una persona mayor que celebraba sus bodas de platino (75 años de casados) y que le pidieron el secreto para tantos años juntos. Con gran sabiduría contestó: “En la sociedad en la yo aprendí, cuando algo se rompía se arreglaba. Si una silla, se le partía una pata, se llevaba al carpintero y lo reparaba, si un mueble se estropeaba, se arreglaba en casa o se llamaba a alguien que lo arreglara. Con nuestro matrimonio ha sucedido igual, cuando algo se estropeaba, intentamos arreglarlo y así hemos llegado a esta edad”. No quiero decir con ello que hoy tengamos que aguantar situaciones terribles como el maltrato, la violencia, sino más bien lo contrario: a veces las amistades, las parejas, se separan por cosas que se pueden reparar, pero no lo hacemos, preferimos, en esta sociedad de lo inmediato, tirar y empezar de nuevo.
Para dejar la tiranía de la inmediatez
Poner la pausa. Parar en todo lo que hacemos. No pensar en lo que vendrá después, sino disfrutar del instante, del momento. Algunas ideas pueden ser:
1 Comer pausadamente, por ejemplo, puede ser un buen comienzo. Desde la mañana donde engullimos el desayuno, podríamos pensar en levantarnos unos minutos antes para disfrutar de esta primera comida. Tranquilamente, apreciando cada bocado y masticando lentamente.
2 Salir con tiempo al trabajo, al estudio o a nuestras ocupaciones diarias, eso nos permite liberarnos del agobio del tráfico y llegar tarde.
3 En nuestras ocupaciones diarias, no trabajar como si no hubiera un mañana, poner nuestro ritmo, cumplir, lógicamente, con nuestras metas y objetivos, pero sin agobios: sin prisa, pero con tranquilidad.
4 Tomarnos tiempo para tranquilizarnos durante el día. Meditar, leer, escuchar música, cualquier actividad que nos permita durante la jornada, poner el freno es muy positiva, así busquemos unos minutos para esa actividad importante para nuestro bienestar.
5 Alejarnos de las pantallas durante algún tiempo. Acudir a algún espacio natural, encontrarnos con el mar, monte es una buena opción. Disfrutar de algunos espacios naturales nos permite concecarnos con nuestro interior, con nuestra vida y disfrutar de la vida a otro ritmo maravilloso
¿Se te ocurre alguna otra forma de no caer en la tiranía de la inmediatez? Puedes comentarla….