Solo tenemos una vida

No somos compartimentos estancos. Esa es una gran lección para vivir con sentido. A veces, vivimos la vida separadamente, diferenciando momentos y espacios, etiquetando a unos como buenos y otros como malos, cosa que es un tremendo error. Separamos el trabajo o los estudios de la vida y lo consideramos como una mala cosa. Vivimos el fin de semana, por ejemplo como otra fase de la vida, como algo muy bueno. La vida entendida así, es una pesadilla, porque nos pasaremos el tiempo huyendo de un lugar, buscando algo mejor que nunca llega. La vida es una sola y tenemos que vivirla y disfrutarla en todas las facetas que nos presenta.

Disfrutemos de la vida que tenemos

Hay quien separa la vida en distintos estadios: La familia, el trabajo o estudio, el ocio, las vacaciones o fines de semana, las amistades, el deporte y así podríamos ir haciendo muchos pequeños espacios a los que damos mayor o menor importancia. Espacios que etiquetamos como buenos o malos en función de nuestras prioridades, cosa que es un error tremendo. Porque al final estaremos caminando como el animal al que se le cuelga delante la zanahoria, queriendo alcanzar un estado que nunca llega: el fin de semana eterno, el tiempo de vacaciones, la jubilación…

La vida ocurre aquí y ahora. No hay más. No deberíamos diferenciar entre un compartimento y otro, porque al hacerlo, priorizamos unos y despreciamos otros, haciendo que aquellos momentos que no nos gustan, sean terribles. Un ejemplo claro lo encontramos en el trabajo o el estudio. Hay demasiados mensajes en contra de este ámbito. En no pocas ocasiones el lunes es el peor día de la semana, pero desde siempre he cuestionado ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué el lunes no puede ser un buen día?

No tiene demasiado sentido odiar los lunes o nuestras ocupaciones habituales. Pensar así, únicamente nos generará mayor sufrimiento. Es probable que nos hayan pintado el modelo de trabajo como ir a la oficina en un bonito coche, vestido de traje y corbata, donde dirigimos una gran empresa. Así, cualquier cosa distinta, es mala. Pero hay miles de profesiones y de estudios o situaciones que hemos de vivir que nada tienen que ver con esa realidad imaginaria e idílica que no existe. Así nos hacen pensar en las ocupaciones no como algo alejado de nuestra vida, muchas veces molesto y que nos impide vivir feliz. Nada más alejado de la realidad.

Cada cual con sus pensamientos, con su forma de ver las cosas, es quien le da atributos a cada situación. Pero, simplemente vivir cada espacio como algo enriquecedor y que nos proporciona algo para nuestro crecimiento personal, es fundamental. No podríamos subsistir sin un empleo que nos proporcione los recursos para vivir, tampoco sin estudiar nada, porque seríamos unos ignorantes. Por tanto, todo depende de cómo vivamos nuestra vida ¿Separadamente en espacios buenos y malos o como algo integral que merece la pena disfrutar y vivir?

Sólo tenemos una vida y es un tremendo error pasarla tratando de vivir únicamente en aquellos estadios que nos gustan o esperando que llegue el buen momento de vivir plenamente, porque seguramente, ese momento nunca llegará… y se nos irá la vida. Vivamos cada momento intensamente. Aunque no sea del todo de nuestro agrado, busquemos el lado positivo a nuestras ocupaciones y si no es posible, cámbialo, cámbiate, muévete hacia un futuro mejor.

Porque sólo tenemos una vida. No para vivirla tristemente, sino para vivirla intensamente en toda su dimensión. Disfrutemos de todos y cada uno de los instantes que la vida nos proporciona, felices y positivos/as

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