Tampoco está en las vacaciones, ni siquiera está en la jubilación. Probablemente no encontrarás la felicidad en ese lugar maravilloso y paradisiaco, ni siquiera teniendo todo aquello que te propones, aunque algunos insisten en que la felicidad está en esos lugares, pero no. La felicidad está aquí y ahora, justo en ese momento en el que decides ser feliz con lo que tienes y con lo que eres.

Es probable que en alguna ocasión hayamos oído, incluso que nosotros mismos/as nos lo habremos dicho: cuando llegue el fin de semana seré feliz, cuando esté de vacaciones seré más feliz, cuando me vaya de puente o de vacaciones hallaré la felicidad o cuando me jubile. Llegan momentos felices, pero no aquella felicidad que buscamos. Por otra parte, vemos que hay personas en unas vacaciones continuas, jubilados o en cualquier otra situación que consideramos maravillosa y no son felices ¡Pero si lo tiene todo! gritaremos atónitos, pero no, no son felices.
La razón es muy sencilla. Es como el cuento del burro al que le colgaban una zanahoria delante para que camine y por más que lo haga, por más que corra, jamás alcanzará su comida. Porque aquello que quiere, está lejos, apenas a unos centímetros de él. No podemos pensar que la felicidad llegará cuando… (poniendo en los puntos suspensivos cualquier cosa) porque no será así.
Hay quien espera a las vacaciones o a la jubilación para ser felices. Sin embargo, las vacaciones terminan y no llega ese ansiado estado. En la jubilación, seguramente la salud no nos acompañe para ser felices, ya que nuestras preocupaciones entonces será mantener la salud. La felicidad nos viene a visitar cada día justo al levantarnos. Nosotros tenemos que decidir si le abrimos la puerta o no.
No por estar en un lugar o por tener unas determinadas condiciones de vida vamos a ser más felices. Porque como sabemos, hasta quienes lo tienen todo, se deprimen y lo pasan mal. Acostumbrémonos a ser felices en cada situación de nuestra vida: en nuestro duro trabajo, en las jornadas complicadas, en las situaciones difíciles o fáciles. En cada momento tenemos la posibilidad de decir si vamos a ser felices o no. La felicidad no está en un fin de semana, en un lugar, ni teniendo la mansión mas lujosa en el mundo, sino que está aquí y ahora contigo, pero tienes que abrirle la puerta y dejar la entrar.