Espero que no tenga que sentarme cerca de… Espero que no me toque leer en clase, Desearía que no tocara de comer hoy… Y resulta que te toca sentarte junto a esa persona que no quieres, te mandan a leer y cuando llegas a casa tienes el plato que no te gusta. ¿Por qué nos ocurren cosas que no queremos? La respuesta es sencilla: Porque lo pensamos. Porque le damos importancia. Así de sencillo. Por tanto, para evitar lo negativo, deberíamos también borrarlo de nuestra mente.

Esta reflexión se me ocurría esta misma mañana cuando salía a hacer mi deporte con la bici. Vi una piedra, ¡Cuidado la piedra!. Una piedra afilada puede pincharte la rueda, evítala, no pases… y ¡pum! Derecho a la piedra. Por suerte no pinché. Pero me vino de pronto esta idea a la cabeza ¿Por qué nos ocurre aquello que no queremos? Seguramente si no le hubiera dado importancia a la piedra y no hubiera pensado en todo lo perjudicial que supone pasar por encima, seguramente no la habría tocado.
¿No les ha sucedido que cuando quieren servir con mucho cuidado un plato porque hay una persona con la que quedar bien, se les cae el plato o manchan a esa persona? ¿No ocurre también que piensan en qué se van a equivocar al leer en público, pero quieren hacerlo perfecto y resulta que cuando van a leer parecen un niño aprendiendo? Parece una tontería, pero así es. Esto ocurre porque nos centramos en lo negativo, porque le concedemos importancia a lo que no queremos que pase. Lo ideal es que pensemos en lo positivo, en lo que queremos que suceda y sólo en eso. Relajarnos y dejar que ocurra y ya está.
Por otro lado, también es frecuente que un día de pronto, nos acordemos de alguien a quien no vemos hace mucho tiempo y de pronto, al girar la esquina, allí está. ¿Telepatía? ¿Coincidencia? Más bien creo que tenemos muchas capacidades que no usamos. Nuestra mente es muy poderosa, tanto para lo bueno como para lo malo. Así todo aquello que deseamos, suele ocurrir o nos pone en el camino para que suceda. Y, si tal como hemos dicho es algo que queremos evitar, lo pensamos continuamente, también nos ocurre. Si pienso: me voy a caer, me voy a caer, me voy a caer… me caigo. Por tanto, debiéramos enseñarnos a lo contrario: Voy a ir bien, no va a pasar nada, llegaré perfecto/a. Es importante que en nuestro aprendizaje, con este ejemplo en las frases que uso, no nombro la palabra caer, que es lo que quiero evitar. Porque basta con nombrarlo para que suceda. ¿Por qué nos ocurre aquello que no queremos? Porque lo pensamos. Borra de tu mente aquellas cosas que no quieres que sucedan