Juzgamos con demasiada facilidad

Nos pasamos el día juzgando. Los políticos que no hacen bien su trabajo, los agentes de seguridad que se exceden o no desarrollan bien su cometido, la persona poco amable que nos atiende en el supermercado. Además, en este periodo complicado juzgamos al vecino que sale algunas veces de más a pasea a su perro, a quien sale fuera de hora a hacer deporte, quien no usa guantes o mascarilla. Juzgamos con demasiada facilidad.

ser positivo juzgar a los demas

Precisamente, el juzgar a los demás en exceso, nos impide ser felices. Es así porque invertimos demasiado tiempo en ver lo que hacen o dejan de hacer para hacer esos juicios. Porque para poder juzgar a otros hemos de prestar mucha atención a lo que hacen. Podemos hacer esos juicios igualmente, si nos consideramos perfectos y mejores que los demás. Tendemos a creer que los demás hacen las cosas mal y nosotros somos perfectos. En cualquier caso no deberíamos juzgar tanto, sino dejarnos llevar, fluir.

Lo contrario de tanto juicio es la empatía. Ser capaces de comprender que probablemente haya una razón determinada para que otra personas actúen del modo que lo hacen. Me parece más fácil y sano pensar que si alguien no usa guantes o mascarilla es porque tiene una alergia, se agobia o cualquier otra situación que se lo impide. Prefiero creer que quien sale de más a la calle es porque se agobia en casa y realmente lo necesita. En lugar de juzgar, prefiero la empatía, pensar que hay una razón para ello.

Me da más alegría creer que las personas actúan de la manera que lo hacen porque tienen una razón para ello y no porque son mala gente o porque lo hacen a posta. No juzgar tanto, no vigilar tanto me hace bastante más feliz, porque no empleo mi tiempo en valorar lo que los demás hacen, sino ocuparme de lo que realmente es importante, mi bienestar personal. Además, hay una frase que me viene a la mente de Jesús: “No juzgues y no serás juzgado, porque con la misma medida con la que te midan se te medirá”. Vive, fluye, siendo empático, para ello no estés pendiente de lo que hacen los demás: su razón tendrán.

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