Normalmente esperamos a que suceda algo extraordinario para valorar lo realmente importante. Cuando sufrimos una ruptura, al despedirnos de alguien o cuando se nos estropea el móvil o el electrodoméstico que tanto usamos, todo se nos viene abajo. Por eso hay quien invita a “ayunar” de esas cosas necesarias para valorarlas antes de perderlas.
Hay quien monta en cólera porque se le ha estropeado el coche, porque no le funciona el móvil y corremos apresuradamente a repararlo. No cabe duda que nos hemos acostumbrado a un montón de artilugios que “hacen la vida más fácil”, pero que pasaría si ayunamos de esas cosas “imprescindibles”. Hay una propuesta interesante que circula desde hace días y que nos invita a dejar conscientemente cosas que necesitamos. Tiene su gracia la cosa, porque ¿cómo voy a dejar el móvil un día o de usar el coche que tanto me hace falta? La respuesta es muy sencilla, los ayunos, bien realizados, son bastante positivos e interesantes.
En primer lugar, dejar conscientemente algo que usamos, como el móvil, por ejemplo, nos fortalece interiormente. Nos da autoestima y capacidad para recordar que somos más fuertes que ese artilugio. Tomar la decisión libre y consciente de dejar el coche o cualquier otra actividad diaria, nos fortalece y nos hace más grandes y fuertes porque nos hace comprender que somos mucho más que algo material y que no dependemos de nada ni de nadie.
Por otro lado, nos hace ver que controlamos nuestra vida. No somos marionetas que estamos sometidos a la tecnología o los artefactos. La persona es mucho más que cualquier aparato o utensilio que nos hace la vida mejor. No ser dependiente nos hace mejores, valientes y sabedores de que tenemos el control de nuestra existencia y no está en manos de otros.
Además, nos hace valorar lo que es realmente importante: El ser humano. Resulta que, muy frecuentemente, medimos a las personas por lo que tienen, por sus estudios, por si llevan la última tecnología, si tienen el coche más lujoso. Pero la persona es lo fundamental. A lo largo de la historia hemos tenido mejores y peores cosas, han ocurrido cientos de batallas y problemas, pero lo que ha permanecido siempre es la persona: hombres y mujeres, todo lo demás ha sido accesorio.
El ascetismo ha existido siempre. Algunas personas cansadas de la sociedad se han retirado a lugares lejanos para vivir consigo mismos y con su fe. Desean encontrarse consigo mismos, llegando a ser sabios al no tener que estar atados a determinadas circunstancias… ¿te atreves a ayunar de cosas necesarias de las que puedes prescindir?