Desde muchos ámbitos se nos propone ser creativos/as y, sin embargo, parece que la creatividad es exclusivo de artistas, escritores o bohemios. Pero no me cabe la menor duda que todos/as podemos ser creativos en nuestra vida diaria y podemos fomentar la creatividad en actividades cotidianas. La creatividad, tal como la veo, se desarrolla teniendo en cuenta algunas cuestiones.
Una de las cosas más importantes es evitar la rutina. Precisamente lo rutinario es lo que mata la creatividad. Hay que evitarla a toda costa. La rutina nos lleva a hacer las mismas cosas cada día. Tener los mismos horarios, tomar las mismas comidas a las mismas horas, lo cual mata la creatividad, porque precisamente, esta se despierta cuando nos sorprendemos, cuando cambiamos la rutina, cuando hacemos algo diferente. La rutina es tediosa y aburrida, para fomentar la creatividad, hemos de sorprendernos, evitando toda las rutinas.
La pregunta más potente para despertar la creatividad es ¿y por qué no?, cuando nos desafiamos todo cambia. Evidentemente, esta cuestión no pretende ponernos en peligro. Se trata de un desafío en aspectos que podemos lograr, sin que peligre nuestra integridad. En el deporte, por ejemplo, si nos planteamos hoy voy a hacer unos minutos más, pero pronto aparece la rutina que nos dirá que lo habitual es hacer las sesión de siempre y ahí podría surgir la pregunta ¿y por qué no? También para aprender un idioma nuevo, leer un libro, aprender música, componer una canción, escribir un libro ¿y por qué no? ¿Quién o qué te lo impide? Se actividad la curiosidad, el deseo de algo más que es fantástica para nuestra creatividad.
La creatividad aparece en las pequeñas cosas. ¿Por qué no añadir un nuevo ingrediente a la comida? ¿Por qué no tomar otra ruta de camino al trabajo? ¿Por qué no utilizar otro color para escribir, un papel diferente? ¿Por qué usas siempre la misma crema, jabón o champú? ¿Por qué no hacer pequeñas cosas diferentes? Al hacer cosas cotidianas de forma diferente estamos propiciando creatividad. Cambiemos cada día algo en nuestra vida, algo que le dé un sabor diferente, que haga que hoy sea distinto al día de ayer.
Confiar en tu intuición. A veces te viene una idea a la cabeza, confía en ella, trata de realizarla o pregúntate ¿por qué no? tal como decía al principio. Justo en esos primeros instantes es cuando nace la creatividad. No hay que buscar un lugar especial, no hay que promover la inspiración creando espacios y lugares, aunque sí pueden ayudar, sino que en esas primeras cosas que nos llegan a nuestra mente es donde radica la creatividad. Nuestra vida ha de estar impregnada de creatividad en casi todo lo que hagamos. ¿Te atreves a ser creativo/a?