La vida es simple: es así. Muchas veces nos empeñamos en pretender que las cosas sean como queremos, como pensamos o soñamos. Sin embargo, la vida es así: perfecta en todas sus dimensiones. Este es un gran secreto para evitar frustraciones porque las algo no sale tal y como lo teníamos previsto. 

Algunas veces soñamos, planeamos, pensamos como nos va salir algo, como queremos que ocurra aquello que tenemos preparado, pero cuando llega el momento y ¡zas!, todo se tuerce. Entonces sólo queda lamentarnos y maldecir nuestra suerte. Imagina que soñamos con la lotería, visualizamos nuestra vida con un pellizco de dinero, pero llega el sorteo y no nos toca ni el reintegro. A partir de entonces aparece la frustración y la depresión porque las cosas no han sucedido tal como esperábamos. Por cosas así, algunas personas pierden la fe y la esperanza en la vida. 

Pero no cabe ninguna duda que todo es perfecto, tal como es. Hay cosas que no podemos cambiar, como un molesto día de lluvia, que no nos toque la lotería o que el mensaje o transporte que esperábamos se retrase. Entonces, ¿por qué sufrir por cosas que no podemos evitar? Una conocida oración dice: “Señor, dame fuerza para cambiar lo que puedo, la serenidad necesaria para aceptar lo que no puedo, y la sabiduría para distinguir entre ambas” Ciertamente no tiene demasiado sentido sufrir por aquello que es inevitable. Pero no debemos dejarnos dormir en aquellas que sí podemos hacer algo. 

Todo es perfecto tal y como está, como viene, con el tiempo veremos si es posible cambiarlo. Especialmente porque la mayor parte de las cosas suceden por algo, tienen una enseñanza, un aprendizaje que al principio puede que no veamos. Imaginemos un retraso por una cola de tráfico o que dos coches se nos cuelan saltándose un ceda el paso, nos enfadamos, no lo entendemos, lanzamos improperios, maldecimos y resulta que unos kilómetros más adelante, uno de esos coches  se choca.  Puede que eso sucediera por algo, no ocurre a nuestra manera, sino tal como viene, todo es perfecto. 

Desde hace algún tiempo muchas personas nos invitan a fluir, a dejarnos llevar con los acontecimientos. Precisamente porque todo es perfecto, tal como ocurre, hemos de dejarnos llevar y no estar siempre tran contrariados con todo. Mirar la naturaleza, contemplar un atardecer, una puesta de sol o la lluvia, porque todo es perfecto tal y como está. Así de simple: así es la vida