Realmente ¿se acabó lo bueno? Empezar o volver al trabajo, terminar las vacaciones con esa mentalidad no nos ayuda absolutamente en nada. Considerar que los tiempos de descanso, los fines de semana, cuando salimos del trabajo, o las vacaciones, son los mejores momentos es un grave error. Especialmente porque un tercio de nuestra vida lo pasamos generalmente en ese ambiente. Trabajando, estudiando, cosas que, según una errónea creencia social, hemos de odiar.

Sinceramente, de corazón, no lo veo así. Por eso puse el título entre interrogantes. El mejor momento del que disponemos es el presente. El ahora. Volver mañana al trabajo pensando que es mejor o peor que el anterior, lejos de motivarnos, nos quita felicidad. Tanto, si empiezas las vacaciones, como si las terminas, tu mejor momento es ahora. No dejes que pensamientos como ese te roben un fragmento de tu felicidad. ¿por qué no es bueno pensar así?

En primer lugar porque siempre estarás añorando un momento que no es el presente. Estarás esperando que llegue el fin de semana, salir del trabajo o las vacaciones. De manera que mientras esperas que lleguen esos momentos, estarás desperdiciando tu vida. No vivirás de lunes a viernes o de septiembre a julio, pensando en la llegada de tu descanso. Porque, viviendo así, cuando te des cuenta, habrás desperdiciado algunos momentos de tu vida, deseando grandes momentos de felicidad que no lo son tanto.

Por otra parte, tampoco es que todos los fines de semana sean espectaculares. Las vacaciones, también tendrán sus momentos de sombra. No todo es tan malo ni tan bueno como crees o como quiere hacerte creer. Tanto el trabajo como las vacaciones tienen momentos agradables y desagradables. Disfrútalos, celébralos, son únicos y maravillosos. Y, por supuesto, irrepetibles.

Uno de mis mayores aprendizajes es comprender y valorar como mejor y único momento el ahora. El momento presente. Eso nos invita a pensar que las vacaciones no son mejores, porque ya fueron, ni que el fin de semana próximo, será mejor, porque tampoco ha sido. Por eso no se ha acabado lo bueno, porque estás aquí y ahora, en el momento presente, viviendo, leyendo, disfrutando de todo lo que te rodea. ¡Que nunca termine lo bueno!