Son tiempos verbales que me gustan. Aunque el Pasado Perfecto no existe en español, pero si en Ingles. Con estos verbos respondo en muchas ocasiones cuando me plantean planes de futuro. Incluso, cuando me proponen realizar alguna actividad dentro de una semana, suelo responder que sí, pero con futuro imperfecto. Resulta que el pasado es perfecto, porque no lo podemos cambiar, mientras que el futuro es imperfecto, porque no sabemos realmente si sucederá tal como queremos. La única realidad posible es el ahora, el momento presente.
Algunas personas se desesperan, cuando me invitan y les digo, si, cuente conmigo, pero no sé. Planifico como mucho la semana, para ver que actividades tengo por delante. Más allá de la semana es Futuro Imperfecto. Imaginen lo que pensé cuando en abril o mayo me dijeron que no me comprometiera para no sé que fin de semana de octubre. Ni me acuerdo. A principio de verano, se barajó la posibilidad de un fin de semana de trabajo para finales de este mes, al que si vamos a ir, porque es en breve. Simplemente vivo en el presente, en el día a día, en el partido a partido que dirían los entrenadores.
Pero el pasado es perfecto. Past Perfect, que dirían en inglés. El pasado es perfecto, porque nadie lo puede cambiar. No tiene sentido cambiarlo y mucho menos sentido tiene torturarse por algo que pasó ayer, hace una semana, un mes o tres años. Si pudiéramos cambiar cosas del pasado, seguramente no seríamos quienes somos. Hay algunas películas basadas en esta idea. Personas que, con la finalidad de conseguir un mundo mejor, tienen la opción, ficticia, claro está, de viajar el pasado y corregir algo que no estaba bien. Ese hecho mejoraba algo de lo que querían, pero trastocaba otras tantas cosas de forma paralela. Al final, se concluye en que es mejor dejar el pasado como estaba.
Algunas personas se torturan y sufren porque les ocurrió algo en el pasado. No quiero minimizar hechos traumáticos que, evidentemente, dejan secuelas. Sí quiero hacer hincapié en cosas sencillas y que nos traumatizan del tipo: yo nunca supe montar en bici porque mis padres no me compraron una ¿y a qué esperas para compararla y aprender? Nunca estuve en la playa porque vivíamos en el interior ¿A qué esperas para coger un transporte y visitar una playa? A veces, justificamos nuestras incapacidades echando la culpa a algo del pasado. Esto no ayuda nada. Son creencias que nos limitan y nos impiden crecer como personas. Cualquier cosa, cualquiera que quieras hacer, si de verdad te lo propones, podrás conseguirlo. La mayor limitación está en nuestra mente.
Por tanto, no vivas agobiado por el futuro porque es imperfecto. Tampoco vivas atrapado en el pasado porque es perfecto. Es el que fue. No hay otro. No puedes cambiarlo y si pudieras, cambiarías otras tantas cosas que no serías tu, sino otra persona. Sí que puedes hacer cambios en el presente, en el ahora, que mejorarán tu vida y tendrás un mejor futuro. Pero hoy, no en el pasado ni en el futuro.