Algunas personas se quejan de que nada en la vida les sonríe que todo le sale al revés. Cuando se encuentran contigo, únicamente te cuentan sus problemas y sus tristezas. Parecen que son un «alma en pena» y su vida un auténtico calvario. Por eso algunos hablan de la «Ley del espejo». La vida te devuelve lo que reflejas. Por eso, si sonríes a la vida, seguramente te devolverá una sonrisa, pero si no… te devolverá eso que le das.

Hay quien practica, sin saberlo, el victimismo. Piensan que si cuentan sus problemas a otros, se le aliviarán. Sin embrago, lo que sucede realmente es que de tanto contar, de tanto dar a los demás tus sufrimientos, en lugar de aliviarse, se crecen o se multiplican. Hay quien dice los problemas, cuando se cuentan, desparecen, pero tengo la impresión que no es así. Si la contamos en alguna ocasión, como anécdota, o si se lo decimos a alguien de manera confidencial, puede que sí. Pero cuando siempre vamos contando nuestras tristezas a los demás, cuando únicamente contamos a los demás todo lo malo, únicamente se amplifica al recordarlo de manera continua.

¿Qué sucedería si en lugar de ir contando esos problemas te centraras en lo positivo? ¿Qué pasaría si en lugar de contar tus dificultades hablas de tus proyectos y de tus anhelos? ¿Qué sucedería si en lugar de hablar de lo mal que te va, cuantas tus cosas buenas? Seguramente todo a tu alrededor cambiará. Porque aquello que entregas a la vida es lo que te devuelve. Por tanto, si en ocasiones, de manera puntual o más o menos frecuente, con los demás hablas fundamentalmente de tus enfermedades, si hablas de las dificultades que tienes en la vida, si hablas principalmente de tus problemas, quizá, si quieres un cambio, será el momento de empezar a cambiar esa forma de ver la vida. de forma que si empiezas a sonreír, seguramente los demás te sonreirán.

Un aspecto que complica la vida de aquellas personas que «no sonríen a la vida», es que los demás suelen alejarse de ellos. Hay cientos de frases y propuestas que nos invitan a alejarnos de personas tóxicas. Las personas tóxicas, son precisamente, aquellas que tienen una visión negativa de la vida, aquellos que sólo van contando sus problemas y dificultades a los demás. Por eso, a todas sus dificultades hay que añadirle un problema más: no suelen tener muchos amigos y los demás se alejan de ellos.

Es probable que nadie quiera ser negativo/a. A todos nos gustaría sonreírle a la vida, pero no sabemos hacerlo. Bien porque nos hemos acostumbrado desde pequeños a utilizar ese discurso negativo, o porque nos resulta más fácil y cómo estar tristes. Entonces, ¿Cómo cambiar nuestra vida?

No es fácil, pero como todo requiere algo de trabajo. Lo que me parece más importante es trabajar duro y entrenar en identificar cuando estamos contando nuestras penurias a los demás. Al identificarlas, seremos conscientes de ellas y podemos modificarla. Otra propuestas sería sonreír de vez en cuando. Delante del espejo, escuchar y ver algún chiste diario, de manera que nos cambie el humor. Evitar a esas otras personas tóxicas, porque suele ocurrir que cuando practicamos la negatividad, nos rodeamos únicamente de personas así. Habría que tratar de buscar otras amistades y compañías más alegres y positivas. No es un trabajo fácil, pero con algo de empeño y entrenamiento podemos conseguirlo. Especialmente identificando las «negatividades» y tratando de frenarlas.