Parece una contradicción pero no lo es. Especialmente cuando trabajamos en equipo, cuando convivimos, en ocasiones hay que soltar, dejar para ganar en calidad de vida. A veces hay quien se enfrasca en una discusión en la que puede que tenga razón, pero la persona que tiene enfrente también quiere tener esa razón y al final hay enfado, pelea y todos pierden. De ahí que en muchas ocasiones también sea necesario, perder para ganar.
Otra espacio interesante donde debemos perder para ganar es en el trabajo en grupo. Cuando estamos trabajando con personas, si todos quieren dirigir, ser líderes o ganar, puede que el grupo no funcione demasiado bien. En el caso de los grupos, su trabajo se parece a un barco. Imaginemos un barco con varios remeros, cada cual rema a su ritmo y hacia un lugar diferente. Si es así, no se llegará a ninguna parte. No se conseguirá nada. Lo correcto sería, remar juntos en una dirección y luego en puerto, en un determinado momento de sosiego, analizar y ver otras opciones para mejorar o conseguir lograr esos objetivos. De ahí que en determinados momentos se pierda, alguno de los remeros no esté conforme, pero realiza bien su trabajo y luego, llegado el momento hace ver su posición.
Hay grupos, familias, equipos, totalmente descontrolados. Precisamente porque cada cual rema hacia un lugar diferente. Imaginemos un padre o una madre enferma, uno de los hijos propone que se busque ayuda para su dependencia, pero otro no lo considera necesario, otro dice que no va a poner dinero para eso, otro dice que el o ella se encarga de sus necesidades. Otros familiares allegados conocen a alguien que podría ayudar, un hermano o un primo propone que se interne en un centro. Al final, en ese grupo, familia o equipo, acabarán enfadados, o en el mejor de los casos, no se hará nada.
Algunas Claves para ganar, perdiendo son:
Dejar hacer a quien toma la iniciativa: Si alguien del grupo quiere hacer algo, déjale. No mines su decisión creándole dudas, deja que las ponga en práctica.
Apoya esa decisión: Sin paliativos. Si estas en un grupo, en un primer momento apoya la propuesta. Ya habrá tiempo de revisiones y cambios, pero en principio apoya.
Realiza bien tu parte: Aunque no te guste o no estés del todo conforme con la decisión del grupo, realiza bien tu trabajo. Si llega el momento de discutir puntos de vista, que no salga a relucir que no has trabajado para fastidiar o ir en contra de la decisión tomada.
Critica asertivamente: Llegado el momento de la revisión no utilices temas personales, no critiques por hacerlo, sino de manera asertiva, poniéndote en el lugar del otro.
Siempre puedes salir: Como en un grupo de whatsApp, siempre puedes abandonarlo, si no te gusta. Es más fácil a veces abandonar algún proyecto, aunque te parezca bonito, creas en él, pero no estás conforme, antes que darte golpes contra la pared sin conseguir nada positivo. Por tu bien y por tu salud, es más fácil, perder en ese momento pero ganar en tu vida.
En cualquier caso, de una decisión bien tomada, siempre has de salir fortalecido/a. Cuando ya has decidido algo, sigue adelante, no le des más vueltas. Ya sea hablar, salir, perder para ganar… pero no te comas demasiado la cabeza.