No estamos acostumbrados a lo positivo. Por costumbre o por contagio nos «negativizamos» haciendo que nuestra vida sea un poco más triste, negativa, restando. Es posible y, además bueno, sumar en lugar de restar. Es mejor hablar y aclarar antes que criticar. Con una actitud positiva, aunque algunos no la consideren válida, nuestra vida es mucho mejor. Apúntate a sumar, a ver el lado bueno de las cosas, a sonreír, a la amabilidad… y todo eso se te devuelve con creces.
Esta semana estábamos trabajando en grupo y, en ese trabajo alguien aportó una nueva idea. Una propuesta que, aunque mejoraría el resultado final, supondría algo más de trabajo. Apoyé la idea de esa persona, nos lanzamos a luchar por ella, pero la mayoría la rechazó ¿por qué? simplemente porque significaba algo más de trabajo, porque supondría complicarnos la vida. Así, por tanto, preferimos restar, quitar, simplificar, reducir, antes que sumar y añadir nuevas propuestas para mejorar lo que hacemos aunque nos complique la vida.
El arte de sumar me parece una apuesta maravillosa por lo positivo, por lo bueno, por el crecimiento, por el desarrollo. ¡Claro que si sumamos, las cantidades son mayores, los problemas mayores, los riesgos, el trabajo!, pero la recompensa también es mayor. Por eso algunos prefieren una vida negativa, en la que no se quieren complicar la vida, en la que es mejor no hacer nada, para vivir algo más tranquilo. Pero precisamente una vida más tranquila, es una triste vida. Aprendamos a sumar, porque sumando crecemos, nos movemos, avanzamos. Quienes son negativos y prefieren restar, son los que no admiten críticas, quieren que sus grupos sean cada vez más pequeños, que no les molesten, hacer el mínimo esfuerzo para sobrevivir y estar tranquilos.
La gente positiva y feliz, prefiere sumar, prefiere complicarse la vida, prefiere hacer cosas nuevas, porque es lo que da valor a la vida. La gente que suma, son personas que apenas se quejan aunque tienen mucho trabajo, pero son conscientes de que se están moviendo y creciendo con cada suma. Los que les gusta sumar prefieren delegar para formar equipo, porque saben que restando, quitando, se quedarán solos y no podrán hacer muchas cosas. Y, aunque no me gusta dar muchos consejos, en esta ocasión si que recomendaría rodearte de gente que suma, gente positiva. Porque los que restan, te utilizarán, sacarán lo que esperan de ti y luego te abandonan. No quieren equipo, quieren únicamente un servicio o una ayuda puntual que les puedas prestar.
¿te apuntas a la gente que suma?