La alegría es uno de los sentimientos o emociones básicas. Reconocemos su forma visible en forma de sonrisa y felicidad en el rostro. El diccionario de la lengua, define alegría como «Sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores«. Sin embargo, la alegría no es fácil de encontrar. Normalmente solemos ver más personas contagiada de otros sentimientos más negativos como la tristeza, el enfado o la ira. Por tanto, la búsqueda de la alegría, como también de la felicidad, se ha convertido para muchos en un desafío para sus vidas. 

No es fácil ver personas alegres y felices. La negatividad hace que caigamos con facilidad ante la presión de otras emociones. Elegir alegría es una especie de lucha continua contra otros sentimientos tóxicos que, con mucha frecuencia, nos rodean. La alegría es casi una decisión, porque ante las vicisitudes de la vida, ante los desafíos que se me presentan cada día, yo soy capaz de elegir la alegría antes que cualquier otro sentimiento que probablemente sea más fácil de adoptar.  

Esta semana leía un artículo de un estudio que ponía de relieve que las emociones negativas se mueven con mucha rapidez por nuestro sistema nervioso que las positivas. Cuestión lógica, porque sentir miedo, por ejemplo, debiera ser más importante que cualquier otra sensación, porque nos ayuda a proteger nuestra vida ante posibles situaciones de riesgo. 

No sólo por eso es más fácil que emociones negativas se adueñen de nosotros, sino porque son más fáciles de adoptar. Es mucho más sencillo dejar que la tristeza nos invada y dejarnos abatir por ella, antes que utilizar toda nuestra fuerza y recursos para luchar contra ella. Es mucho más sencillo (aunque no más prudente) dejarnos arrastrar por la ira, en un momento de tensión, que contar respirar y tomar una decisión más sabia. 

Entonces, ¿Dónde está la alegría? Creo que está en el camino. En la lucha, en la búsqueda continua de esa sensación. No quien sonríe más está más alegre. La alegría como la felicidad es una conquista diaria,  una lucha continua. Una determinación personal para ser o estar alegre. Se trata de enfrentarse con valentía a las adversidades de la vida sin dejarse invadir por ella. Se trata, también a mi juicio de relativizar ciertas creencias que nos han dado como ciertas, tales como que «trabajar es malo, lo ideal son los fines de semana», «tu felicidad depende de cosas que tengas», «soy más alegre, cuando tengo una vida de color de rosas» «la alegría es ser popular» y miles de sentencias así que no están escritas en ningún manual, pero que subyace en las relaciones cotidianas de nuestra vida, en películas y series de televisión. 

¿Dónde está la alegría? En ti. Igual que la felicidad, pero sólo tienes que determinarte hacia ella. Luchar contra aquellos sentimientos y emociones que no te agradan y ponencia las actitudes que te hacen feliz.