Comienza el curso… ¿otra vez?

Mucho se habla en estos días del comienzo de curso. No sólo en el ámbito escolar comienzan las clases, sino que en otros muchos aspectos se empieza, se recomienza: el curso escolar, el curso político, el curso o temporada deportiva. Nuestra vida está marcada por la reincorporación al trabajo, tras las vacaciones. Una vuelta que no está exenta de críticas y etiquetas del estilo «vuelta a la rutina», «se acabó lo bueno», «empieza lo aburrido» y otras lindezas que en nada ayudan a nuestro bienestar.

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El comienzo de curso, aunque sea repetitivo, aunque nos volvamos a encontrar con las mismas personas y el mismo trabajo hemos de afrontarlo como algo nuevo. Como un reto, una aventura por descubrir. Viviendo el presente. Seguro que ningún día de la semana es igual. Aunque hagamos el mismo recorrido, aunque vayamos por los mismos lugares, es probable que existan pequeños detalles que lo hacen diferente: centrémonos en esos detalles en las pequeñas cosas que hacen que nuestra vida sea diferente, que nuestra vida valga la pena.

Al comenzar el curso y recontarnos con las tareas cotidianas, para no caer en el tedio, el aburrimiento y la tristeza es bueno centrarnos también en el momento presente. No cometamos el error de empezar septiembre mirando los festivos en el calendario. Vivir la vida pensando sólo en el fin de semana, en el puente, en las vacaciones, en la jubilación… hacen que nuestra existencia se parezca a ese animal que le colocan un poco de alimento delante, para que camine. Nos impide disfrutar de las pequeñas cosas que nos ofrece la vida.

El curso no comienza igual todos los años. Hay personas diferentes, clases diferentes, aprendemos cosas nuevas. Así ha de ser nuestra vida. Con entusiasmo por los pequeños detalles que se nos presentan cada día. Valorando esos momentos de manera infinita. Esos pequeños matices son los que consiguen que nuestra vida no sea gris, sino que tenga muchísimos colores. Valorando cada diminuto acontecimiento que nos sucede. Así, el comienzo del curso, las vacaciones, leer, hacer deporte, la playa el monte… se convierten en una experiencia única y maravillosa que nos permite disfrutar de la vida infinitamente. Comienza el curso, disfrutémoslo con todos sus matices y pequeños detalles, sólo así será maravilloso.

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