El otro día alguien me comentó ¿no eres un poco maniático publicando siembre en el blog los domingos y ahora en youtube los miércoles? ¿por qué no publicas cuando puedas y ya está? Sencillamente, porque entonces no funcionaría. Además, creo que hay una diferencia entre maniático y metódico. Me considero más metódico que maniático. Es más, me parece que ser metódico es bueno y positivo.
Dice el diccionario de maniático que es aquel que tiene una manía y, la manía es una preocupación fija y obsesiva por algo determinado o costumbre extraña, caprichosa o poco adecuada. La manía es, bajo mi opinión, algo compulsivo, que no podemos dejar de ninguna manera, pongamos por ejemplo, ser un maniático del orden o la limpieza porque no soporto de ninguna manera vivir en desorden o suciedad.
El metódico, es aquel que trabaja con un método, tiene un modo ordenado de actuar. Esa es mi opción. No soy un maniático, porque ya me ha sucedido en alguna ocasión que no puedo publicar algún domingo y lo hago en los días siguientes. El problema de no ser metódico es que si dejo algunas cosas que considero importantes para cuando pueda, seguramente terminaré olvidándolas. Por eso me gusta tener un día para publicar, otro día para grabar, porque asumo ese compromiso personal conmigo de realizar una tarea que, de no ser así, seguramente postergaría y olvidaría.
Pensemos en las dietas o el deporte, algo que es común a muchos. ¿Se puede hacer deporte o seguir una dieta sin ser metódico y respetar los plazos, horarios, días…? Seguramente que no. Por eso fallan. Sin embargo si me pongo un método, diario semanal… seguramente sabré cuando tengo esta tarea y trataré de cumplirla. No pasa nada si, por cualquier circunstancia, no puedo realizarlo como lo preví, pero de no ser así, lo dejamos un día, otro, y así hasta olvidarlo.
Las personas que admiro por su trabajo o por cualquier actividad son metódicos y lo he aprendido de ellos. Se levantan a una determinada hora para escribir, para trabajar, porque consideran que es el momento adecuado para su inspiración y tranquilidad. Sin confundir con obsesionarse. Es como quien elabora una lista de tareas para la semana o el día siguiente. Esto es muy bueno. Lo que no está bien es saltárselas todas, porque entonces ¿qué sentido tiene? Seamos metódicos sin obsesionarnos. Cumplamos con nuestros propios compromisos para mejorar y realizar lo que nos proponemos. De otra manera nuestra personalidad, trabajo, aficiones estará a merced de las circunstancias. ¿Quieres ser metódico/a?