Como ser feliz…? siendo positivo

Como ser feliz es uno de los términos más buscados en internet. Es decir, muchas personas preguntan en la red el truco o la receta de la felicidad. No sé cuales serán los resultados de la búsqueda. No sé lo que responderá google a esa cuestión, sin embargo, más que reflexionar sobre las páginas de respuesta al formular la cuestión, me parece interesante hacerlo sobre la pregunta ¿Cómo ser feliz?

ser posivito como ser felices+

Seguramente quienes experimentan a diario la felicidad saben el truco de la felicidad: «No hay receta». Por tanto, aquí llega la decepción: no es posible dar una fórmula de la felicidad. Ahora se habla mucho del hygge, de lo que escrito sobre la felicidad en los países nórdicos. Seguramente en otras épocas se habló de países más cálidos por la luz y el sol como sinónimos de alegría y felicidad. Sin embargo, sigue sin haber recta mágica. Básicamente porque lo que a mi me hace feliz, a mi vecino no le gusta. Para unos la mayor felicidad radica en salir los fines de semana a tomar unas copas y a otros la mayor felicidad está en quedarse en casa viendo una peli con unas chuches.

Lo que si parece clave a la hora de ser feliz es la actitud. Por eso añadí al título ser positivo. La actitud con la que miramos aquello que nos rodea es fundamental. Para ser feliz hay que tener una actitud positiva en la vida. Lo cual no significa que no haya bajones, lo cual no significa que estemos sonriendo siempre. No tiene nada que ver. Significa que somos capaces, tras una reflexión de sacar algo positivo a aquello que nos sucede. Significa que, tras una derrota, tras la frustración, la ira, el enfado (todos ellos sentimientos normales), hemos de ser capaces de recomponernos y volver a nuestra senda de felicidad y optimismo.

La felicidad creo está en el equilibrio. En mantener todas las fuerzas que nos asaltan controladas, proporcionadas. Ni estar muy alegre y divertido hoy, ni muy deprimido mañana, sino equilibrando estas dos fuerzas. Puede ser que haya momentos de mayor alegría o de mayor tristeza, pero dentro de unos límites razonables; Ni enfadado, ni ingenuo; Ni miedoso, ni temerario. Si a este equilibrio, que es la receta básica, le añadimos un poco de aquellas cosas que nos gustan (música, deporte, amigos…) y las disfrutamos plenamente y algo de espiritualidad para cuidar también nuestro interior, seguramente estaremos en la senda de la felicidad. Por tanto no hay receta para la felicidad, sólo equilibrio.

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