En mis medios sociales, casi con total seguridad, no sigo a ningún famoso. A no ser que él me siga también a mí. Entiendo estos medios como un sistema de comunicación y no de admiración por alguna persona. En esta entrada quería reflexionar sobre dos aspectos: ¿Por qué medimos a las personas por la cantidad de seguidores en sus redes? ¿Tiene sentido seguir a un conocido o «famoso»? Las dos cuestiones desde el aspecto de la positividad y felicidad.
Empiezo por el final ¿tiene sentido seguir a algún «famoso»? para mí no. Fundamentalmente porque precisamente la web y las comunicaciones a través de internet han evolucionado hacia 2.0 y 3.0. Esto significa que no existe sólo un receptor como ocurre en televisión, sino que se interactúa, se contesta, se habla y se comunica. Como casi con total probabilidad, ningún «famoso» va a contestarme si le menciono o le hablo, pues no los sigo. Para tener una comunicación 1.0 Es decir, en una sola dirección, ya tenemos los medios convencionales, radio, prensa y televisión. Por tanto no me parece lógico ni adecuado seguir a nadie conocido. Claro, ¡pero entonces no puedes ver lo que dice directamente y ver sus declaraciones y sus videos! No es necesario. Si dice o hace algo digno de mención ya aparecerá en los medios convencionales 1.0.
Entonces ¿a quién sigo en mis medios sociales? Pues a todo el que me sigue. Es una relación de reciprocidad. Es más, aquellas personas con las que interactuo con mayor asiduidad las agrego a listas, o activo las notificaciones para tener más presente sus comentarios y poder leer, hablar, conectar o simplemente dar un «me gusta»… Así de simple.
Por la cantidad te conoceré…
Los famosos y los que no son tanto, tienen desde hace tiempo la manía de medir su popularidad por sus seguidores en los medios sociales. ¡Tremenda bobería! ¡Pero si los seguidores se compran!. Encima algunos van presumiendo de miles o millones de seguidores, cosa tremendamente estúpida.
La calidad mejor que la cantidad. Prefiero leer a alguien que publica contenidos de calidad, antes que otros que tienen muchos seguidores y sólo publican cosas irrelevantes. No me interesa la vida personal de nadie, sino el aspecto público, su pensamiento sus ideas. De esta manera sigo con mucho interés a compañeros de profesión, alumnos… que tienen muchas cosas interesantes que aportar y de las que me enriquezco.
¿Seguir a un famoso me hace más feliz?
Seguramente no. Únicamente estaré viendo casi continuamente un ritmo de vida que probablemente nunca pueda llevar. Lo cual producirá cierta desazón en mi vida. Seguramente, también consideraré injusto por que no está bien que unos tengan tanto y otros tan poco. Así, salvo que se mantenga una relación directa con alguien, con la que se pueda hablar, compartir y comentar temas de interés me parece inadecuado seguir a los «populares». Y si tienen algo importante que decir, es probablemente que los encuentre por otras vías. ¿Estás de acuerdo o sigues a los famosos?