Hablamos y hablamos sin parar. Nos comunicamos casi de manera involuntaria sin prestar demasiada atención a las palabras que empleamos. Pero si nos ponemos a mirar con detenimiento lo que pronunciamos seguramente caeremos en la cuenta que no son simplemente palabras. Nuestro lenguaje, nuestras expresiones nos identifican y nos hacen ser de una o de otra forma.
Hace tiempo me hablaron de este fenómeno que denominan como PNL o Programación Neurolinguística. Se afirma que existe una conexión entre los procesos neurológicos («neuro»), el lenguaje («lingüística»), y los patrones de comportamiento aprendidos a través de la experiencia («programación»), afirmando que estos se pueden cambiar para lograr objetivos específicos en la vida.
Todo esto porque me llama la atención ver las diferentes formas de comunicarse a través de sus medios sociales. «Un septiembre más» leía en un estado o «un día más», «De vuelta a la rutina» Pero ¿nos paramos a pensar realmente lo que de manera casi automática estamos diciendo? ¿Qué información damos a los demás y a nosotros mismos?
Sin entrar a valorar profundamente el valor y significado de las palabras que decimos y sobre todo, las que nos decimos a nosotros mismos, nos encontramos con palabras o frases que no nos ayudan en nada. Sentencias del estilo: «Soy un desastre», «otra vez la fastidié», «nunca voy a aprender», «yo no puedo», etc., están en nuestra conversación con nosotros mismos y con los demás y que son muy dañinas para nuestro crecimiento personal.
Deberíamos poner señales de alerta para cuando usamos este tipo de palabras. Volviendo a lo que a veces ponemos en nuestros medios sociales, frases del estilo: «Volver a la rutina» ¿Qué sentido tiene? ¿En qué nos puede ayudar? La otra frase «Un día más» ¿Qué puede significar? Seguramente nos invita a pensar en tedio, aburrimiento, hastío, por tanto no deberíamos usarlas y poner, aunque nos cueste un poco frases más alegres y divertidas.
Me encanta cuando en la conversación personal con amigos y conocidos me dicen: -Tu siempre positivo- en alusión a las etiquetas que uso en mis publicaciones: #SiemprePositivo, #SoyPositivo o #SerPositivo. ¿Qué imagen proyectan hacia el resto y hacia nosotros mismos estas palabras? ¿Sería lo mismo usar esas palabras que «un domingo más» o «de vuelta a la rutina». Seguramente no. Por tanto cuidemos nuestro lenguaje. No sólo el que usamos para comunicarnos con los demás, sino de manera especial, el que usamos con nosotros mismos. Porque esas pequeñas frases o palabras negativas repetidas de manera continua pueden hacer mucho daño.