Es verano y parece lógico es lucir una buena figura. Pero ¿que sucede si no somos tan agraciados? ¿Nos encerramos en un cuarto oscuro donde sin poder mostrarnos en público por no estar dentro de los cánones? ¿Tenemos que avergonzarnos de nuestro físico? Me da la impresión que se está dando demasiada importancia al envoltorio (al cuerpo) y se descuida mucho el interior.
El cuerpo, lo exterior, se ha convertido en el nuevo Dios. La imagen que mostramos debe ser impecable. No ya por salud, sino por estética. Tener unos kilos de más no está bien visto, la imagen que mostramos en el lugar de veraneo debe tener un impecable moreno y una esbelta figura. Sin embargo, aunque con algo de postureo, empiezan a aparecer algunas fotos reivindicando una apariencia «normal». Bajo la propuesta los mayores también podemos lucir nuestro cuerpo o las curvas no son imperfectas, algunos osados se exhiben en la ventana pública de los medios sociales. Pero la idea no cambia: el cuerpo, la apariencia sigue siendo lo más importante.
El cuerpo no es lo más importante. Tampoco, bajo mi punto de vista, se puede decir que lo fundamental es la interioridad. Me da la impresión que la clave está en el equilibrio mente—cuerpo o interioridad—exterioridad. No obstante, si tuviera darle más importancia a una de los dos aspectos, se lo daría a la interioridad, más que al cuerpo ¿Por qué?
Básicamente, porque el cuerpo se deteriora. Hasta el momento no existe ningún modo de frenar el paso de los años. Por más que la estética ayude con cremas y operaciones, al final la vejez se muestra irremediablemente. Por tanto, si nuestro interior está bien cimentado, el paso del tiempo será parte del juego que nos ayuda a crecer y mejorar. Pero, si por el contrario, hemos depositado toda nuestra confianza en el cuerpo, el paso de los años será el peor de nuestros enemigos que nos llevará a la depresión.
Por tanto deberíamos dedicar un tiempo idéntico al cuidado de la interioridad y del cuerpo. Hoy la reflexión personal, la meditación, la oración, es algo para lo que no tenemos tiempo o sólo cosa de unos locos. Sin embargo, la realización de actividades que nos enriquezcan interiormente suelen ser más satisfactorias que un bronceado en la playa. No descuides tu mente. Vela por tu interior de igual modo que por tu cuerpo. Desarrolla también tu alma, tu interior, para encontrar la felicidad y ser Positivo.