Parece casi una obligación lucir un buen tipo durante el periodo en el que nos encontramos. Este injusto sistema nos impone unos cánones no sólo difíciles de cumplir, sino que impiden nuestro desarrollo personal. Uno de los textos breves más maravillosos que he leído este verano ha sido: ¿Quieres lucir un buen cuerpo en la playa este verano? Solo te hace falta un cuerpo, una playa y que te importe una mierda lo que opinen de ti.
El problema de lucir un cuerpo más o menos bonito en verano no está en esforzarnos por tener una mejor figura, que puede ser un objetivo loable, sino en la motivación que nos lleva a lucir ese cuerpo ¿Qué te lleva a ponerte a dieta o hacer ejercicio para estar bien en verano? ¿El qué dirán? ¿Conseguir pareja? ¿Ser admirados en la playa? ¿Que nos elogien? Si la motivación para mostrar un buen aspecto físico, está situada en elementos externos, creo que se comete un grave error.
El aspecto, nuestro aspecto, únicamente tiene que agradarnos a nosotros mismos. Estar bien solo porque es una imposición social o porque los demás lo piden, es un error que nos convierte en marionetas de las circunstancias, ya que seremos aceptados por lo que mostramos y no por lo que somos.
Creo que nunca me he puesto a dieta. En algunas ocasiones, he tratado de cuidarme algo por no estar de acuerdo con la información que la báscula me devolvía. Pero nunca he hecho una dieta rigurosa con un seguimiento de todas las comidas. Simplemente he corregido algún aspecto como no cenar tanto o simplemente no llenar tanto el plato en las comidas. Con eso ha sido suficiente para reducir algún kilo de más. Siempre apoyado por el deporte, que no lo he practicado para bajar de peso sino por la satisfacción y el bienestar que produce en sí mismo.
Pero vivimos en una sociedad de modas y ahora toca tener un buen cuerpo para cebarlo en navidades. Nos toca ahora llevar un formidable moreno a la playa. Ser la envidia de todos. Y mientras todo eso sucede nuestro interior se pregunta ¿para que todo eso? ¿Para vivir el momento? ¿Por las apariencias? Pensar de ese modo nos convierte en títeres sin personalidad que se mueven allá donde sopla el viento. Individuos influidos por un mundo cambiante y consumista que únicamente busca igualarnos y que estamos preocupados por el que dirán sin que crezcamos como personas.
¿Quieres lucir un cuerpo maravilloso en la playa? ¿Quieres ser…? Bien. Hazlo por ti y no por el qué dirán o por circunstancias cambiantes como el verano o el invierno. No pienses o digas: es lo que toca. Haz lo que debas, lo que realmente tu corazón te pide, de esta manera estarás en el camino de la felicidad para Ser Positivo y vivir una vida plena.