Nadie hoy es capaz de negar la importancia del mundo digital y las redes sociales en la actualidad. Ha cambiando la forma de comunicarnos, de relacionarnos, modifica nuestro tiempo de ocio, de sueño… en definitiva, nuestra vida por completo. Pero, de verdad ¿para qué usamos las redes sociales?
Recientemente ha salido a la luz una encuesta realizada por la empresa Olapic en la que se preguntaba a los usuarios de las redes por el uso que le daban. Mayoritariamente contestan que usan la comunicación digital para expresar sus emociones, para decir lo que están haciendo o expresar su opinión. Casi la mitad de los encestados admite que tiene una cuenta para ver lo que hacen sus familiares y amigos. Un número menor, un 8% de usuarios, emplean las redes para provocar envidia y celos en los demás.
Estos datos me llamaron la atención porque si usamos las redes para expresarnos y comunicarnos ¿Qué sucede cuando nuestras publicaciones apenas tienen respuesta? ¿Qué ocurre cuando estamos viendo lo bien que se lo pasan los demás y lo aburrido que estoy en casa? ¿Pueden estos medios ser perjudiciales para nuestra positividad y felicidad?
Creo que si se usan inadecuadamente los medios sociales pueden ser muy perjudiciales:
En primer lugar el dato más pequeño de la encuesta, cuando usamos las redes para dar envidia, es sin duda, es un síntoma absoluto de infelicidad. Si hago una pose, pongo una fotografía para provocar los celos de otros, indudablemente, dañamos nuestra propia felicidad, porque nos estamos ocupando más del qué dirán que de nuestra propia vida. Lo ideal es, ocuparnos de nuestra felicidad, porque de la de los demás se ocuparán ellos.
En segundo lugar, usar las redes para ver lo que hacen los demás también nos hará infelices porque concluiremos, en la mayoría de los casos, en que lo que hacen los otros es maravilloso y lo nuestro no es tan bueno, lo que producirá tremenda insatisfacción.
Por último, en cuanto a la comunicación personal, es muchísimo más gratificante la relación cara a cara que a través de cualquier otro medio, porque ¿Cuantas veces nos hemos metido en problemas porque entendieron mal lo que queríamos expresar? Seguro que en alguna ocasión nos hemos visto enredados en un comentario o frase que no se ajusta a lo que pensamos y que dijimos sin querer. Probablemente en la comunicacion directa con esa persona esos problemas no se darían, porque intervienen otros muchos factores que generalmente desciframos sin problemas: mirada, postura, tono de voz… que a través de las redes sociales no podemos interpretar porque no vemos.
Con todo, las redes sociales son muy útiles. Son capaces de comunicarnos en la distancia, nos ayudan a estar en contacto, a encontrarnos. Pero no podemos refugiarnos únicamente en ese modo de comunicación, sino que debe servirnos para seguir desarrollando el encuentro interpersonal que tanto nos enriquece. No hay que demonizar este modo de comunicación, pero tampoco olvidarlo porque constituye una parte importante de nuestra vida. ¿Qué opinas?