Cuanto hemos de saludar

Vivimos en una sociedad muy individualizada. Cada vez las personas se saludan menos y eso se nota especialmente en las zonas urbanas. Por suerte en los núcleos rurales las personas se siguen saludando amablemente cada día. Lo cual nos hace ser más positivas y más felices. La pregunta ¿Cuanto hemos de saludar aunque no nos devuelvan el saludo? tiene una respuesta que nos hará más dichosos: Hemos de saludar infinitamente. Cuánto más mejor.

ser positivo saludar a los demás

Hay quien, cuando saludan a unas determinadas personas y el saludo no regresa, se cansan y dejan de hacerlo. De esta manera nos volvemos más huraños, tristes y negativos. Porque generalizamos y creemos que todos son así. Sin embargo, saludar, dar buenas vibraciones a los demás, sonreír, son prácticas que, además de alegrarle la vida a otras personas, nos hacen felices también a nosotros.

En mi trabajo cada día veo infinidad de personas y saludo a todo el mundo. Incluso a veces, a la misma persona de forma seguida. ¡Pero no importa! Obviamente, hay quienes no devuelven ese saludo, lo cual, a mi juicio hace que la persona sea más infeliz. Estoy convencido que retener un saludo, evitar saludar a alguien es perjudicial para quien lo hace, generando infelicidad y tristeza. ¿Por qué?

Es muy sencillo, si a mi dicen ¡Hola! o ¡Buenos días! lo lógico y natural es responder de la misma manera. Es una respuesta casi automática. Evitar saludar o no hacerlo requiere un esfuerzo superior, un esfuerzo negativo y que genera negatividad. Es decir, imagina que hay alguien que no te quieres encontrar para no saludar por las razonas que sea. Hay que inventar, esforzarse en una estrategia para no encontrar a esa persona, lo  cual genera únicamente negatividad interior.

¡Pero es que hay gente que no devuelve el saludo! Pues los que sufren son ellos. Hay que hacer un esfuerzo sobrenatural para no responder a un saludo, a una sonrisa de otra persona. Seguramente, quien no devuelve el saludo será una persona huraña, infeliz y algo amargado/a. Normalmente cuando no me devuelven el saludo, sonrío y pienso: Ella se lo pierde. ¿Qué harías tu?

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