Dejar de ser invisible

ser positivo ser invisibleMe preguntaba por los motivos que tienen algunas personas para vestir de una forma llamativa, usar determinados complementos o un pendiente que deforma su oreja. Pensaba que, quizá necesiten dejar de ser invisibles, es decir reclamar que forman parte de la sociedad  o de un grupo concreto y del mundo. Tal como propongo en el título: quizá reclamen dejar de ser invisibles.

Vivimos en sociedad y las relaciones no son siempre son fáciles. Algunas personas por su propia naturaleza llaman más la atención que otras. En ocasiones esa llamada de atención son entendidas como exitosas, porque aquellos que visten de una manera, destacan por alguna cualidad, suelen ser los líderes del grupo, un cargo que es apetecible para muchos desde antaño, como una forma de considerarse importantes para los demás.

Así puede existir quien cambie de color de pelo, quien vista de una determinada manera, para tratar de ser visible por unos momentos ante los demás bien por aprobación (que bien te queda, que guapo/a estás) o por todo lo contrario (¡como vino vestido/a!, ¡mira lo que se puso!) Sin embargo, el secreto para romper la invisibilidad no es vestirse o ponerse de una determinada manera, sino que consiste primeramente en conseguir ese protagonismo personal sin el cual el resto no tiene ningún sentido.

Es decir, no sirve de nada luchar por tratar de ser visibles para el resto, si no lo somos interiormente. Es absolutamente necesario ser el protagonista de nuestra vida para luego poder ser el de un grupo. Si no somos capaces de llamar la atención para nosotros mismos… para el resto tampoco. Es como la felicidad, si fingimos ser felices para los demás y no los somos interiormente, se notará que nuestra felicidad es falsa. Ocurre así con cualquier faceta de nuestra vida. Si nuestro look o forma de ser y vestir en público no está acorde con lo que sentimos y somos, los demás lo notarán y seguiremos siendo invisibles o lo que es peor, parecer falso.

Así que no luchemos por ser visibles para los demás, sino serlo para nosotros mismos. Busquemos nuestro éxito interior y personal con nuestra intimidad, el resto ya vendrá sólo. Si no nos convencemos a nosotros mismos, si en nuestro corazón no estamos felices y radiantes, para el resto tampoco. Dejar de ser invisibles lleva un trabajo interior y personal antes que exterior y superficial.

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