Estamos atados a multitud de cosas: las costumbres, las relaciones, el camino que tomamos para ir al trabajo, la siesta, el café… y así cientos de hábitos que vamos adquiriendo y que consideramos como positivos para cada uno de nosotros. Pero ¿Qué pasa si hoy incumples algunos de esas ataduras? Seguramente te sentirás más libres.
En alguna ocasión habremos escuchado: «si no duermo la siesta no rindo por la tarde» o «hasta que no tomo café no estoy bien despierto» y cientos de frases que esconden detrás un hábito limitante. ¿y qué pasa si no duermes siesta? Tus pensamientos y creencias te harán tener una tarde horrible, porque así lo piensas. Sin embargo, este tipo de actitud, aunque nos dan seguridad, nos limitan terriblemente. Nos atan y nos cargan de un peso que nos impide avanzar.
Imaginemos un conjunto de creencias frecuentes: Si no duermo bien no rindo; hasta que no tomo café, no estoy despierto; si no desayuno un yogur, mi intestino no funciona bien; si salgo después de las 7,17 encuentro tráfico y no llego. Puede que un día no duermas bien porque estuviste viendo la tele hasta la madrugada, que no tengas café en casa y el yogur se acabó y no has comprado. Con todos estos acontecimientos, te enfadas enormemente y te demoras en salir, con lo que encuentras mucho tráfico y llegas tarde. De modo que las primeras horas de la mañana son solo el principio de un día tremendamente horrible.
Es cierto que necesitamos pautas y horarios que nos proporcionen sosiego. Tener unos hábitos nos ayuda a tener cierta paz y tranquilidad. Sin embargo, aferrarnos a esas creencias no sólo nos hace más aburridos, sino que nos limita y esclaviza. Así que la propuesta consiste en liberarse. No te dejes vencer por las rutinas. Cambia de hábitos frecuentemente. Aquí dejo algunas ideas al comienzo del día:
- No desayunes lo mismo: Cambia el desayuno de cada mañana. No sólo el café despierta. Hay otros productos que te activan tanto como el café.
- Cambia los hábitos de aseo: Los días en los que lavas la cabeza, en los que te afeitas, los perfumes que usas. Cámbialos aleatoriamente. No caigas en este es para los lunes, este martes…
- No dejes todo preparado del día anterior: La ropa, lo que llevas al trabajo, el móvil cargado, la cartera… ¡Sorpréndete! y cambia de ropa, de actividad. No hagas siempre lo mismo.
- No pongas la misma radio, ni el mismo programa de televisión al levantarte. Cambia. No pasa nada. ¿Qué ocurre si pones música?
- Cambia el camino por el que vas al trabajo. ¿no hay otra ruta posible? Tómala. No vayas siempre por la misma calle, a la misma hora con la misma gente. Lo mismo el aparcamiento: no dejes el coche siempre en el mismo lugar… y
- Sonríe: Dedica unos segundos al día a mover los labios hacia arriba y sonreír. Es como el deporte, si lo practicas frecuentemente, estarás más en forma y, como propone el dicho: «verás lo bueno que es ir desentonando por la calle»
No va a pasar nada malo si cambias los hábitos, únicamente te sentirás más libre, menos dependiente de la rutina. Menos esclavizado/a. Es una forma de sentirte más vivo/a, más feliz. Libérate. ¿te atreves?