A veces pasamos por la vida sin prestar atención. Actuamos de manera automática, rutinaria y así, parece que todo pasa volando. ¿Recuerdas que hiciste esta mañana al levantarte? ¿La ropa que llevabas ayer? ¿De que hablaste en el almuerzo? Si no recuerdas la mayoría de estas cosas, quizá no estés prestando demasiada atención y no estés viviendo plenamente.
¡Ya se va enero!,¡madre mía, como pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando estábamos en Navidades y estamos a punto de entrar en febrero. Sin duda, la vida pasa demasiado deprisa. No obstante, tengo dos lecturas sobre la velocidad con la que a veces pasan las cosas:
La primera es que todo va bien. Es decir, la vida va muy rápido porque las cosas nos van bien. Fijémonos en cuando vamos a un lugar aburrido que no nos gusta o pasamos por un mal trago. Parece que los minutos son eternos, que el tiempo no pasa. Por tanto, si nuestra sensación es que todo pasa pronto es que todo va bien. No hay problemas significativos.
La segunda es que no disfrutamos del momento. No estamos viviendo plenamente. Apenas estábamos quitando los decorados de Navidad y había quien se preparaba para los carnavales. Va todo demasiado aprisa. Es una sensación de como que el tiempo se escapa de las manos, que no disfrutamos de las cosas.
Vivir plenamente es disfrutar de cada cosa que hacemos por breve que sea. Si el tiempo pasa rápido prefiero considerar que todo va bien. Cuando todo es una rutina y aburrido, es cuando se saltan las señales de alerta y hemos de cambiar algo en nuestras vidas… ya que el tiempo es el que es y no podemos modificarlo.
Lo realmente preocupante es quienes no viven plenamente porque están estancados en el pasado o el futuro. Hay quien tuvo un problema años atrás y permanentemente lo recuerda. «Soy así porque hace años…» y así es imposible avanzar. El caso contrario es quien vive pensando en el fin de semana y, el lunes, es el peor día de la semana. Espera con ansia que llegue el día de fiesta, el puente, las vacaciones. Y cuando está en ese tiempo no lo disfruta, sino piensa en las siguientes… Así, están inmersos en una carrera sin fin que no nos permite disfrutar del maravilloso viaje.
Vivir plenamente es disfrutar del día a día. De lo que haces cotidianamente, prestando atención y poniendo el corazón en aquello que haces. Si te cuesta centrarte, es probable que la atención plena (en ingles mindfulness) te puede ayudar. Para unos minutos al día, respira y disfruta. Ve más despacio por los lugares y los momentos. No pienses en lo que harás mañana, porque sólo hay un momento que se llama ahora. Si quieres ser positivo, si deseas vivir plenamente. Para. Respira. Disfruta. Sólo hay un momento: Ahora.
¡Hola!
Me encanta… por cierto: ¿Qué te hace feliz?
Te invito a dar una pasada por mi sitio y ojear: 50 reflexiones para ser feliz
https://zalman5k.com/50-reflexiones-para-ser-feliz/
Espero lo disfrutes
feliz día
Zalman