¿Por qué cambiamos tanto?

Con el paso del tiempo algunas personas cambian y, a veces, el que conocíamos como alguien alegre y divertido, se vuele huraño, triste y aburrido ¿realmente se produce ese cambio? ¿No será que los que cambiamos somos nosotros? ¿Qué hace que algunas personas sean tan diferentes con el paso del tiempo?

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En primer lugar habría que decir que todos cambiamos. Hay una afirmación que aprendí hace tiempo y que me encanta: Yo no soy ... (nombre), sino que voy siendo …, voy cambiando. No soy igual siempre. De ahí que alguna actitud o comportamiento de mi vida que no me guste puede ser modificada. Puedo dejar de fumar o hacer deporte, empezar a estudiar… etc., porque no siempre soy así. Puedo cambiar.

El cambio se produce, bajo mi punto de vista, por una mala interiorización o aceptación de las circunstancias. Es decir, como he pasado una crisis he perdido el sentido del humor, como la vida esta llena de problemas, he dejado de ser feliz y me he vuelto un poco más triste y aburrido. Han aparecido circunstancias en la vida que no he asimilado y ellas se han adueñado de mi vida. Por tanto, me parece conveniente proponer algunas ideas para que esas circunstancias no me roben mi felicidad.

  • 1. Distanciarse: Es comprender que lo que sucede en mi alrededor no es mío, sino de la circunstancias. Hay un problema que preocupa, pero no tengo un problema muy mío que no me deja dormir. Siempre en nuestra existencia habrá cosas buenas y malas y hay que saber distanciarse de ellas.
  • 2. Conservar la alegría: La felicidad y la alegría no es algo externo a nosotros, sino que es una actitud con la que podemos responder a aquellas cosas que nos suceden. Ante un hecho triste o preocupante, nosotros somos los que elegimos como respondemos. Nos puede hundir o podemos intentar, con alegría, salir hacia delante.
  • 3. Fijarse en los niños e imitar su actitud. Me gusta contemplarlos y rodearme de ellos. Son una fuente inagotable de felicidad y alegría. Ellos no están preocupados por la hipoteca, por llegar a fin de mes, por tener un coche mejor o unas vacaciones en algún lugar paradisiaco. Simplemente disfrutan y sonríen. Son felicites. Vamos a imitarlos.

Una de las cosas que más me sorprende es ir viendo como las personas van cambiando. Tengo la suerte de desarrollar mi trabajo entre niños y jóvenes así que veo en primera línea como llegan al instituto niños divertidos, simpáticos, alegres y, con el paso del tiempo cambian, se van haciendo mayores, empiezan a tener «problemas» y se olvidan de lo más importante en la vida: ser feliz. Por tanto para ser positivo y feliz, no dejes que las circunstancias te agobien: distánciate, sonríe e imita a los niños.

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