Parece un contrasentido, pero parece que es cierto. Algunos informes apuntan a que los jóvenes nacidos en la era digital tienen más dificultades para relacionarse personalmente.
La dificultad, está según los estudios realizados por diferentes organizaciones, en que al relacionarnos más a través de los dispositivos, nos cuesta más las comunicación cara a cara. Así, por ejemplo, algunos análisis entre los millenials, apuntan que, en comparación con generaciones anteriores, tienen más dificultad para establecer relaciones y vínculos afectivos. En otras palabras, nuestros hijos tienen más problemas para encontrar parejas que nosotros.
Así, parece un contrasentido que los dispositivos y los avances tecnológicos que son creados para mejorar nuestra calidad de vida, estén consiguiendo justo lo contrario, alejarnos y dificultar las relaciones personales. Por tanto, habría que ir pensando en tener espacios de calidad comunicativa entre personas dejando de lado el uso de aparatos electrónicos.
Los entendidos en la materia apuntan como próximos avances la inteligencia artificial (no se asuste nadie que no se trata de un robot o un clon), que tratará de «hacernos más felices» quitándonos el trabajo de responder mensajes, apuntar cosas a través de nuestros dispositivos. Es decir, la intención es que los aparatos que usamos sean capaces de analizar nuestra pauta de comportamiento y reproducirla en la misma situación, de manera que si cada noche o cada mañana contestamos a algunos mensajes de forma similar, al cabo del tiempo nuestro dispositivo preguntará si quiere que nos realice ese trabajo de forma automatizada. Un avance más hacia la frialdad de las comunicaciones humanas.
Hace algunas semanas publiqué un post en el que analizaba los estudios realizados por diversas universidades y que ponían de relieve que cada día usamos más la tecnología, publicamos más nuestra intimidad y tenemos peores relaciones personales. Con esta última entrada termino esta reflexión y remito a las propuestas para desconectar de la tecnología para llevar una vida más positiva y feliz.
Hace unos días leía otro informe en el que se ponía de relieve que las redes sociales y las tecnologías no nos proporcionan felicidad, más bien lo contrario, nos hacen infelices. El trabajo en el que se entrevistó a numerosas personas usuarios de redes sociales concluía de manera tajante: «los mejores y más felices momentos son aquellos que pasamos con nuestros seres queridos» amigos, familia… en persona y no por medio de una pantalla. Así que, como propone un vídeo viral de hace años en YouTube «desconecta para conectar», (http://youtu.be/wf_dzUamjwg) hagamos un uso racional de la tecnología, que nos ayude y mejore la calidad de vida, pero no dejemos que se oponga o suplante la relación persona a persona.
I totally agree.