Las relaciones personales son, desde siempre, fuente de conflicto. Bien porque no entendemos las reacciones de otros o porque somos incomprendidos. Ante esas dificultades, a veces, optamos por insistir, explicar, hablar… lo cual es una estrategia errónea.
Si la otra persona no quiere responder mejor es dejarlo estar o pasar directamente… especialmente por el sufrimiento que provoca en nosotros. ¡Es que no me contesta! y sé que ha leído mis mensajes. ¡Es que sé que está en línea y no me hace caso!. ¡Es que no contesta a mis llamadas!, ¡no me coge el teléfono!.
Estas frases son muy frecuentes en la sociedad digitalizada de hoy. Si eso ocurre, mejor será dejar de insistir. Fundamentalmente, por dos motivos: por nuestra salud y por la libertad de la otra persona.
Dejamos de insistir para mejorar nuestra salud, porque seguramente esa preocupación por quien no nos contesta genera ansiedad y estrés por no entender su actitud. ¡Pero si solo le pido una respuesta! Si no tardaría nada… y decenas de frases por el estilo, estarán continuamente rondando por nuestra cabeza. Lo cual, no es sano ni bueno por estar todo el día matraquillando y gastando nuestro tiempo y energía en las posibles razones que llevan a ese comportamiento. Así, que será mejor pensar si no contesta en razones más sencillas como: estará ocupado, no tiene tiempo o simplemente… ¡no le da la gana! que también es una buena razón. ¿Por qué malgastar tiempo en pensar lo que otro puede estar pensando o haciendo para no responder?
La otra razón a la que aludía es la libertad. Esta razón tiene que ver con que debemos permitir la libertad de elección de la otra persona. El otro/a es libre de contestar, de no hacerlo, de ver las llamadas, los mensajes y borrarlos sin responder. Somos seres independientes y libres. Por tanto hemos de respetar esa libertad.
Sin embargo, como ya sabemos, hay ciertos límites. «mi libertad empieza donde termina la del otro» y así, tampoco será bueno hacer sufrir a otras personas a posta. No contestar, no responder con el ánimo de fastidiar tampoco es bueno para nadie.
A modo de conclusión: si esperan una repuesta nuestra: no provoques sufrimiento, «no hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti». Por otra parte, si esperas contestación, piensa en la libertad que tiene la otra persona de decidir, de contestar o no hacerlo. Deja las preocupaciones en su tejado y un «allá el/ella con su conciencia» nos debe liberar de la angustia de la espera, llevándonos hacia el canino de La Paz y la felicidad.
Esto está muy bueno!
Genial, concuerdo 100% con vos. Lo que estaría bueno que también hagan las personas es desactivar el check azul y el «cuando estas en linea». Me parece super paranoico ver si lo leyó, no lo leyó, cuando fue la ultima vez que se conecto, etc. Como que también seria bueno que las personas fueran sinceras consigo mismas y con el otro, y se evitarían millones de conflictos, pero es muy utópico jajaja.
Muy cierto. Sobre todo es preocupante cuando se convierte casi en una obsesión o paranoia como decías.
Gracias Lucas por leerme.