La tremenda ocupación de estar ocupados

Es bastante frecuente en nuestra sociedad actual estar muy ocupados. Apenas disponemos de tiempo. Cada día una multitud de actividades invaden nuestro tiempo, causando estrés y desasosiego. ¿Pero realmente estamos tan ocupados?

super ocupado jesus marrero

Probablemente la respuesta más repetida hoy en las conversaciones de hoy en día es: vamos a ver si dispongo de tiempo o «no lo sé, estoy muy ocupado«. Incluso en vacaciones nuestras ocupaciones son muchas: descansar, la siesta, la playa, el móvil, la peli, muchas cosas atraen la atención impidiendo disponer de tiempo de calidad.
La terrible ocupación de nuestro tiempo, contrasta, lógicamente con la sociedad del bienestar. Es decir, casi todos los artilugios que disponemos son, teóricamente, para dejarnos más tiempo libre, más tiempo para disfrutar; sin embargo, parece ser que es al contrario, cada vez disponemos de menos tiempo.
Generalmente, nuestra planificación diaria se articula en torno al trabajo. Luego, en horario de tarde o de noche, es cuando disfrutamos de un tiempo en el que podemos elegir. Pero, las tareas del hogar, alguna cita, las actividades extras minan nuestros días y al final, llegamos al fin de semana con la lengua fuera y con la sensación que todo va muy rápido y sin tiempo efectivo para nada.
Hay una corriente muy interesante que se está difundiendo en diferentes ámbitos y que posibilita el disfrutar de los tiempos y los espacios de manera adecuada. Se trata de la «atención plena» (que me gusta más que el anglicismo mindfulness, porque lo entiendo mejor y procuro utilizar términos en nuestro rico idioma), esta propuesta, a grandes rasgos, lo que nos propone fundamentalmente es prestar atención a las cosas que hacemos y, acompañado de un tiempo a la meditación, donde nos centramos sólo en nosotros mismos y en nuestra respiración. ¿Y qué es lo que tiene que ver la atención plena con este mundo rápido y súper ocupado que llevamos? Pues básicamente que si somos capaces de atender a las cosas que hacemos, si dedicamos un ratito cada día a nosotros mismos, seguramente la sensación de super ocupación desaparece y nuestra vida será más sosegada y placentera.
Hace unos días iba con alguien muy acelerado y súper ocupado al que no seguía su ritmo de caminar y conversación. Así que de pronto me preguntó ¿Qué? ¿cansado? ¿Con ganas de vacaciones? Le respondí pausadamente: No. Sólo estoy tranquilo.
Estoy inmerso en varias lecturas sobre y he asistido a algunas conferencias sobre atención plena. No es que ahora se ha descubierto la pólvora. Simplemente, la idea para dejar de estar agobiados y súper ocupados consiste en atender plenamente a lo que hacemos, disfrutar de lo que tenemos. No se trata de hacer muchas cosas cosas, sino de hacer pocas y bien.

Quizá lo primero que tengamos que hacer es dejar de decirnos a nosotros mismos lo ocupados que estamos. Deja de preocuparte tanto y ocúpate más y, por supuesto hacer caso al antiguo y sabio dicho, de que el mucho abarca poco aprieta. Así que la propuesta será atender plenamente a lo que hacemos, disfrutarlo y dedicar un rato cada día, si es posible, a cuidar nuestra interioridad.

Anuncio publicitario