Desde los medios de comunicación se nos propone la idea que para ser alguien en la vida, hemos de hacer algo importante. Casi siempre en las películas vemos al más popular, a la persona de éxito, a la que todos valoran y admiran como el modelo a seguir ¿debe ser esa la motivación de nuestra vida?
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Estoy convencido que los verdaderos héroes son aquellos que de manera anónima realizan su quehacer diario sin buscar esperar nada a cambio. Hay millones de personas que cada día trabajan, ayudan, colaboran simplemente porque entienden que es su deber. ¿Esas personas no son importantes? ¿Tenemos hacer algo grande para que nuestra vida tenga sentido?
Parece que la consigna generalizada es que si no haces algo importante en tu vida eres un fracasado/a. De esa manera, en algún momento de la vida, deberías ser un futbolista reconocido, cantante de éxito o famoso/a por cualquier otro motivo. Sin embargo, ese no es el ideal de vida. Por muy importante que seamos en cualquier entorno grande o pequeño, lo maravilloso es que seamos exitosos para nosotros mismos, ¿qué sentido tiene vivir una vida increíble sólo de puertas afuera?
Es frecuente escuchar testimonios de algunos «famosos» que no encuentran sentido en sus vidas. Así, buscan en la diversión, una nueva pareja, un nuevo proyecto, llenar el vacío existencial que deja la fama, porque «La verdadera batalla se libra en nuestro interior» donde no hay otras personas, ni fotos, ni campañas… tampoco el postureo para quedar bien en la foto de perfil. En ese lugar, en nuestro interior, para nosotros mismos, es donde hemos de ser los más importantes y queridos.
Algunas personas se pasan su existencia tratando de ser importantes en el trabajo, buscando un ascenso; ante un grupo social, tratando de destacar e incluso ante una gran masa. Al no conseguir ese objetivo, su vida se frustra y perdemos el sentido de la existencia. Sin embargo, conozco muchas personas humildes que cuando les felicitas o les das las gracias, simplemente dicen: «No hay de qué. Simplemente hice lo que tenía que hacer»
Por tanto, no busquemos destacar ante los demás, destaquemos en nuestro mundo interior…. y la felicidad viene por añadidura. No pensemos en hacer algo grande para que nuestra vida sea importante. Hacer lo que debes, es casi siempre más que suficiente.