Nada puede sustituir el contacto humano

Nadie duda que las relaciones entre personas ha cambiado vertiginosamente. Nuestros padres y abuelos establecían su encuentro social en un banco fuera de la casa al fresco de la tarde, en la plaza, en la venta, en el bar, o a la salida de misa. Algunos añoran ese contacto personal que se establecía donde la mirada, el tono de voz, la postura, decía tanto como el mensaje. No es que ya el contacto personal no sea importante, sino que se ha sustituido por un sistema digital, donde todos estos elementos han desaparecido.

Man and woman holding hands, close-up

Pocas personas conciben hoy el mundo sin su red social. En esta cultura no se entiende la vida, como minimo, sin un servicio de mensajería instantánea. El mudno social, en cambio, la plaza, la venta, el bar, se han sustituido por redes sociales, donde mostramos a nuestros conocidos aquello que hacemos. La charla con los vecinos no es en el banco de la plaza, sino ante una pantalla donde ponemos fotografías o pensamientos y nuestros amigos las comentan. El gran inconveniente de este modo de comunicación es que no hay miradas, no hay tono de voz, no hay postura. Es una comunicación fría.
Veía ayer un video, que co¡mpartí en mi muro de facebook y que dio origen a esta reflexión y que me hizo soltar mi dispositivo movil de inmediato porque, precisamente hablaba de ello. Aunque detrás de cada publicación en las redes sociales hay una persona, nada puede sutituir al contacto humano, porque aunque nuestro comentario tenga un millon de «likes», no nos puede hacer tan feliz como una mirada cómplice, un ataque de cosquillas o simplemente un roce de manos. La tecnología, que me gusta mucho, por cierto, no debe ser la principal vía de contacto humano. Debería ser una ventana al patio de vecinos que cuentan cosas, publican y comparten ideas, pero sobre todo deberíamos centranos en el contacto personal, ya que no hay nada tan enriquecedor, como el contacto directo. Dediquemos tiempo a mirar por esa ventana al mundo que nos proporciona nuestra red social, pero no dejemos en un segundo plano el contacto entre quienes tienes a tu lado, porque nada puede sustituirlo. El ser humano precisa uno de otro, necesitamos hablar, compartir, reír, charlar con personas y no con pantallas, porque nada puede sustituir el contacto humano.

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