¿Belleza o comodidad?

tacones altísimos jesus marreroEl otro día estuve en la orla de bachillerato de mi hijo mayor. Las Orlas vienen a ser como una puesta de largo, una presentación en sociedad de los jóvenes de hoy. Al parecer, algunas cosas, cambian de nombre, pero, en esencia, siguen siendo lo mismo: Un acto social que pone fin a una etapa y abre las puertas de otra. Sin embargo, no voy a escribir sobre este aspecto, sino sobre la belleza y la comodidad, una cuestión que siempre me ha dado vueltas en la cabeza: ¿Belleza o comodidad?, Soy bastante rebelde para vestir a la moda, estoy en contra de vestir tal como lo ordenan los cánones, me cuesta mucho… diría que muchísimo ponerme una corbata. Visto generalmente informal por comodidad.
En ese acto social, los chicos y chicas vestían sus mejores galas. Trajes de corbata, esmoquin, magníficos afeitados y peinados. Lo de las chicas es algo más preocupante, guapísimas todas. No obstante, los tacones, me parecen de una incomodidad absoluta. No consigo entender una moda que me incomoda en el lugar donde voy a ir, lo mismo que la corbata. No acierto a comprender el motivo de ponerse unos tacones tan altos que se necesiten botellas de oxigeno para respirar, porque se salen de la atmósfera. Las muchachas caminaban por el escenario como funambulistas a cien metros de altura. Por si fuera poco entre los chicos se distribuyeron la tarea de colocarse a los lados de la escalera que descendía desde el escenario para ayudarlas a bajar y durante todo el tiempo ellas andaban como si fueran pisando huevos. ¿Es eso cómodo? ¿está una persona satisfecha con ese atuendo?
Supongo que habrá una explicación racional para llevar los zapatos de tacón altísimo, lo mismo que una minifalda que continuamente hay que estar colocando por si acaso deja ver alguna zona íntima o unos pendientes de diez kilos que parece a punto de desgarrar la oreja. En fin… prefiero la comodidad de un vaquero, un chandal antes que un vestido casi carnavalesco que me disfraza de algo que no soy, bajo la pretensión de ser cenicienta por un día.

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