Por un amigo  acabo de saber que a alguien no le gustó una foto de perfil que tenía en verano en una de mis redes sociales. Me he quedado tan intranquilo y nervioso que he tenido que tomar varias tilas, valerianas, “tranquimanises” además de un baño para relajarme.

Dicen los entendidos que más de la mitad de los usuarios activos de las redes sociales las utilizan sólo para mirar los contenidos de otros y raramente publican o generan actividad. Entran frecuentemente en su red, cotillean lo que publicamos y se van. Sinceramente me preocupa bastante poco lo que cada cual haga en su red social. Lo que me parece una pérdida de tiempo es entrar en un perfil para mirar la fotografía que alguien ha colocado. Únicamente las miro cuando quiero asegurarme que estoy hablando con la persona correcta. Sin embargo, reconozco que muchas personas curiosean en las redes, lo cual me parece poco útil, aburrido y, hasta una pérdida de tiempo.

Me gusta ver lo que publican otros. Esto es, un artículo que comparte, una fotografía, un pensamiento e incluso algún suceso o acontecimiento que quiere contar a sus amigos virtuales. Hay personas realmente ingeniosas a la hora de elaborar documentos que, con un gran sentido del humor y creatividad, plasman o comparten contenidos extraordinarios.

Sinceramente, no pongo una foto de perfil o cualquier otro contenido para generar visitas. Lo que publico es porque me gusta a mi familia o a mi, sin darle más vueltas. Me gusta escribir, así lo hago, veo un fantástico atardecer, como hoy, lo pongo. Por tanto, quienes husmean los perfiles, si por casualidad leen esto, no piensen mal, ni le busquen cinco pies al gato, porque no hay mucho más, tampoco se «coman mucho la cabeza» no vale la pena 😉