¿Por qué lo material no da la felicidad?

Adjunto un video que me ha impresionado. En el se ve claramente como una chica desea ayudar a un joven sólo porque cree que tiene una extraordinaria posesión: un vehículo de gran cilindrada. La sociedad nos acostumbra a creer que teniendo cosas seremos felices. Así, muchos están convencidos de que «cuando tenga un trabajo» serán felices, que «cuando tengan su vehículo propio» serán dichosos, que «cuando tenga novio/a hallaremos la felicidad», que «cuando tenga casa propia» se habrá cumplido los sueños de la sociedad de consumo en la que nos encontramos.
Sin embargo, mas tarde que pronto todo esto se desmorona al comprobar que teniendo casa, familia, trabajo, coche, últimas tecnologías, no encontramos la felicidad. Hay quienes afirman abiertamente que cuando ven que la depresión llama a su puerta porque han cumplido una meta, entonces se embarcan en otro negocio, en otra aventura, para seguir corriendo en esta alocada vida de consumo.
Nadie reconoce, en cambio, que la felicidad no está en tener cosas, sino en nuestro interior, en el alma y ahí no se puede llegar con lo material, ni con la última tecnología, ni con un coche, ni con un nuevo negocio. Ahí solo se llega en soledad, en diálogo con uno mismo.
Es curioso comprobar como nos encontramos en un mundo en el que no se promueve ese tipo de salud personal. Es preferible vender antidepresivos que ayudar a quienes se encuentran pasando por un mal momento. Es preferible que compremos, gastemos, tengamos antes de promover espacios donde las personas sean más felices. Es curioso que nos «engañen» para que sigamos aplaudiendo al circo de los medios de comunicación, enfrentámdonos al ofrecer verdades parciales según convenga… Así muchos creerán ser felices gastando toda su vida para tener un cuerpo danone, un coche maravilloso y una familia idílica. Y si no ocurre así, tal como muestra el video, no ayudamos a un joven porque no tiene el nivel con el que siempre soñamos y que nunca llegará.

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