Debe ser que algunas personas no pasan por sus vidas

robin wiilamsLa muerte de Robin Williams me ha dejando descolocado. A esta hora de la noche, cuando dan por la tele “El Club de los Poetas Muertos”, supongo que en memoria suya, un filme que evoca la superación, el buscar nuestra mejor versión, del cual me encanta la escena de “Carpe Diem”, no acierto a entender cómo es posible que el actor estuviera sumido en una depresión, tal como aseguran los telediarios. Mi película preferida, no por ello la mejor, es “Patch Adams”, un tremendo largometraje en el que el protagonista, el propio Williams encarna un personaje que es acusado de “extrema felicidad”. Patch Adams, creo, da en la clave de la felicidad y la dicha humana, por eso procuro verla con frecuencia y la recomiendo, porque el protagonista es capaz de superar las mayores adversidades, como el internamiento en un psiquiátrico o la pérdida de un ser querido. 

Debe ser que algunas personas no pasan por sus vidas, porque si el actor ahora fallecido, hubiera vivido intensamente esos papeles, seguramente no estaría en una depresión. También puede ocurrir que el propio trabajo cinematográfico, le impida ver la película como la percibimos los espectadores. Desconozco los motivos, evidentemente sólo Williams los sabrá, por los que el popular actor estaba sumido en tal depresión que, por otra parte, es una enfermedad terrible de la que no estamos exentos ninguno. Sin embargo, sí que creía que de alguna manera cuando una persona vive su trabajo, vive su vida con pasión, aquellas cosas que hace, que vive, en las que trabaja, de algún modo le marcan, aprenden y extraen conclusiones para su vida. De ahí viene la pequeña decepción. Será que, como dije al principio, algunas personas no pasan por su vida, viven sin vivir…

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