Vaya novedad, ¿no? Este es el resultado que arroja la encuesta Adecco sobre lo que desean ser de mayores nuestros niños. No debería sorprendernos, teniendo en cuenta la cantidad de tiempo y la importancia que se le da a este deporte en televisión y en los medios en general. ¿Y las niñas, también futbolistas? Pues no. A ellas les gusta más la enseñanza y los servicios sanitarios tales como medicas, enfermeras…
Lo primero que sorprende es el sexismo existente en nuestra sociedad. Por más que desde las instituciones se ha intentado buscar la igualdad, en la práctica poco se ha logrado, teniendo en cuenta que hay una separación evidente entre las profesiones en función del sexo, también en los niños.
La segunda cuestión llamativa es el deseo de ser futbolista. Hasta hace relativamente poco tiempo, los chicos también se inclinaban por aquellas profesiones vinculadas a la ayuda los demás: policía, bombero, médico… Sin embargo esa tendencia ha cambiado, cabría preguntarse ¿por qué? y ¿qué ha cambiado en los chicos que no ha podido con las niñas?
Sin profundizar demasiado, me parece que los medios de comunicación están ejerciendo una influencia tremenda sobre nuestros los jóvenes. Es frecuente ver, no sólo la maravilla de habilidades que despliegan los deportistas, sino también el seguimiento y veneración que muchos aficionados tienen hacia sus ídolos del fútbol. Además, también se airean con bastante frecuencia la buena vida, placeres y privilegios, de los que gozan los futbolistas, cosa que, innegablemente, encandila a cualquiera.
Siempre que hablo de las estrellas del fútbol con los adolescentes, hago hincapié en algo que, generalmente pasa inadvertido: el trabajo y esfuerzo previo de los deportistas. La magia de la televisión nos ponen a los astros del deporte en el mejor momento de su carrera y nadie recoge lo que ha ocurrido antes. ¡Cuantas horas de entrenamiento diarias sin descanso!, ¡cuantos sacrificios!, abandonando a la familia, amigos, para lograr su objetivo. Por eso todos de mayores queremos ser futbolistas, pero para jugar directamente en la selección nacional.
Por eso considero necesario inculcar a los niños y jóvenes la cultura del esfuerzo y la perseverancia, algo que brilla por su ausencia tanto en casa como en la sociedad actual.