Antes las cosas no se tiraban, se arreglaban

pareja veranoDicen los entendidos que nos encontramos en la época del año en la que aumenta el número de separaciones. El verano, al parecer, es propicio para la ruptura. Hay quienes han investigado esta cuestión y concluyen en que se trata de una época de fuerte convivencia, donde la familia, la pareja, debe pasar mucho tiempo juntos generando más conflictos. Estos problemas si no se abordan adecuadamente, terminan en la separación. 

¿Es posible solucionarlo? Creo que si. Me cuesta creer que cuando una relación se rompe no quede nada de nada. Pero como ya indicaba en una entrada anterior, vivimos en una sociedad de usar y tirar. Aquello que no me satisface, lo boto a la basura y compro otro nuevo. No se me olvida la reflexión del hombre que entrevistaban en la radio con motivo de sus bodas de plata, al que le preguntaban el secreto para un matrimonio duradero. El respondía con la frase del título: “Antes las cosas, cuando se estropeaban, se arreglaban, no se tiraban”. Si existían un problema en la pareja, se trataba de arreglar, dándose tiempo, hablando y no tirando aquello que durante algún tiempo les hizo felices. ¡Tremenda sabiduría la del hombre!

Hoy todo tiene fecha de caducidad, todo se usa y se tira, casi todo es desechable. Quizá ese comportamiento consumista se ha insertado en nuestra forma de pensar y no tratamos de arreglar lo que, lógicamente, es reparable, porque, evidentemente, hay situaciones de una gravedad tal que no es posible arreglar. Sin embargo, es posible que muchas rupturas se den por pequeñas situaciones que se van enquistado y exploten con la larga convivencia del verano. Lo deseable sería, por tanto, reparar aquellos pequeños problemas que van surgiendo durante el tiempo de convivencia, con paciencia, hablando, como decía aquel hombre que celebraba sus bodas de plata.

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