En la última entrada, que publiqué hace casi un mes, me atreví a realizar una lista para identificar a aquellas personas de las que deberíamos alejarnos, porque su actitud suele ser negativa y perjudicial. Alguien me dijo que estaba muy bien, pero que debería describir también a las personas que debemos acercarnos. Es decir a las personas positivas, que pueden ser una buena influencia y por lo tanto nos ayudan a crecer y ser mejores. Así que me pongo esa tarea y creo que deberíamos acercarnos a:
1.- Quien nos hace reír: pero de corazón, porque hay que tener cuidado con quien se ríe a costa de otros o a quien detrás de la risa esconde un plan malicioso. Hay personas felices que irradian la alegría por los cuatro costados, que son optimistas, saludan, casi siempre sonríen. Se les nota que están bien. Sólo que mirarle a los ojos, se reconoce a estas personas. Hay una frase que me gustó mucho de Lola Flores y que grabé para siempre: “El brillo de los ojos no se opera”. Por, tanto a quien irradia risa de corazón, no con envidia, ni burlesca, sin operar.
2.- A los optimistas: ¿pero cómo se les reconoce? Muy fácil, con el dicho de la botella ¿medio llena o medio vacía? El optimista ve en los errores una posibilidad de aprender, en el inicio de la semana una nueva oportunidad y no “al maldito lunes”. En el calor ve la playa, un día alegre y en la lluvia ve lo bueno para que nuestra naturaleza siga creciendo. En definitiva, busca el lado bueno de las cosas.
3.- A las personas sinceras, coherentes, que no es lo mismo que “el que dice cuatro cosas bien dichas”. Hay algunas personas que, bajo la idea de la sinceridad, van diciendo a cualquiera absolutas barbaridades. Yo soy así y siempre digo lo que pienso, afirman. Sin embargo, no esa la sinceridad que hay que buscar, sino más bien la coherencia. Es más necesaria una persona que dice lo que tiene que decir de la misma manera y en los mismos sitios. Suele ocurrir que quien dice siempre lo que piensa, no lo dice igual en todos lados, sino que cambia las versiones en función de con quién se encuentre. Por eso, la persona sincera es la coherente, con aquello que dice y hace.
4.- A los que escuchan. Es muy bueno tener personas cerca que escuchan. No que “prestan” las orejas para que le cuentes un rollo. No. A personas que al escuchar, con su gestos y con lo que ocurre después de esa conversación indican que le importa aquello que le hemos dicho. Se preocupan por la conversación y no conversan mientras miran el móvil, o nos cambian de tema, ante un tema que planteamos. Acércate a personas que escuchan de verdad.
5.- Y, en general de quien recibimos buen Feedback. Es decir, de quien recogemos reacciones de forma positiva. No sólo en la conversación, sino en toda nuestro quehacer. Si estamos empeñados en una amistad en la que no compartimos nada, que siempre nos lleva la contraria, que nos pone pegas a todo, que son siempre mejores que nosotros, mejor será alejarnos.
Seguramente habrá otras muchas situaciones, por eso no concluyo la entrada, sino que la dejo abierta a otras aportaciones, pregunto: ¿a quién debemos acercarnos?