Es propio hablar de la salud. Es casi un tópico. No me tocó nada en la lotería pero no estoy enfermo y prefiero seguir así, aunque no tenga dinero. Casualmente, ayer leía un artículo, en el que se afirmaba que las personas materialistas no son felices. No obstante, relacionamos materialismo con dinero y no debe ser así. El materialismo, bajo mi punto de vista, supone no tener otro referente que el mundo sensible, aquello que podemos ver y tocar. No sólo el dinero, sino productos, cosas, objetos… Por tanto, lo espiritual no tiene cabida en el materialismo.
Las personas somos realmente complicadas. No cabe duda. Decía el Dalai Lama que “perdemos la salud para ganar dinero y después pierdes el dinero para recuperar la salud” La lotería de Navidad nos deja muchísimas personas felices durante unos días, de lo que me alegro notablemente. Me encanta ver las noticias hoy, porque como decía un entrevistado, con tanta “basura” que vemos en la tele, por lo menos hoy se ven caras contentas y alegres. Contentas porque pueden realizar algunos de sus sueños, ¿pero después qué? Una semana, un mes, un año después ¿Qué pasará? Habremos pagado la casa, tendremos un coche nuevo, realizaremos el viaje de nuestros sueños y tantas cosas pero que luego quedarán olvidado como el niño deja el juguete que tanta ilusión le hizo el día de Reyes.
La felicidad no está en lo material. No es tener un teléfono móvil último modelo, tampoco conducir un gran coche, ni una casa como la de los famosos que vemos en la tele. La felicidad está en cada uno de nosotros en nuestra espiritualidad e interioridad. Lo que sucede es que en la sociedad de consumo en la que estamos inmersos, nos indican que únicamente somos felices si tenemos cosas, muchas cosas. Desarrollemos actividades que nos hagan felices, la espiritualidad el amor, porque como también se sabe y, está más que dicho, nada de lo que acumulemos en este mundo nos lo llevaremos de aquí. Feliz día de la salud.