Eliasú y una aventura de piratas

El segundo día empezó con un copioso desayuno. En el gran comedor había todo lo que una persona podía desear por la mañana. Así que, después de un paseo por los expositores de comida, un primer plato a base de alimentos salados, beicon, embutidos de todo tipo, huevos fritos y salchichas y un

cristo de teguise

segundo plato de dulces a base de leche, donuts, magdalenas, quedando más que satisfecho.

En el primer día de aventura partieron hacia Teguise. Allí Eliasú, con su imaginación se encontró con el pirata Morato de Arráez que también llegó a Lanzarote hace varios siglos pero con propósitos distintos. El corsario tuvo la intención de saquear la isla, mientras que Eliasú, quería descubrirla. Arráez le invitó en primer lugar a visitar la Iglesia de Teguise. Allí, estaba la virgen de Guadalupe. Esa imagen fue capturada por los piratas en 1618 y recuperada años más tarde. Sin embargo, la imagen de nuestra señora de Guadalupe pasó inadvertida para Eliasú, quien sí se quedó perplejo con un crucificado que exhibe una gran melena y que se encuentra en el lateral izquierdo del templo. También le extrañó lo rústico de la fachada de la Iglesia con su moderno interior.

Arráez le dijo que era importante visitar el museo del timple. Un recinto que el pirata no conoció como tal, ya que en la actualidad alberga una importante cantidad de modelos del instrumento canario, así como un estudio pormenorizado de su procedencia, intérpretes y parecidos con otros de distintas formas y tamaños. Le pareció maravilloso apreciar tantas variedades del timple. De manera especial, se sorprendió con uno, cuyo cuerpo estaba formado por una caja de tabacos puros. Finalmente, jugueteó por la carpintería donde se mostraba el proceso para fabricación de los timples.
timple puros. museo del timple
Evidentemente, Arráez le pidió encarecidamente que visitara el museo de la piratería. Allí podría conocer más de la vicisitudes y el devenir de los difíciles años para Teguise, que sufrió tantos ataques de los viajeros del mar. La fortaleza de Guanapay que alberga el museo, era un lugar estratégico para esta edificación. Desde su torre se podía divisar toda la comarca, avistando así cualquier posible ataque enemigo. La invasión de 1618 fue la peor de todas porque de allí se llevaron a novecientas personas como esclavos. En aquel terrible año llegaron cuatro mil hombres a bordo de treinta y seis navíos. Los de Teguise no pudieron repeler un ataque de semejante magnitud y terminaron sometidos a Tabac Arráez y Soliman que comandaban la expedición. La fortaleza de Guanapay se construyó en el siglo XV por Agustín Herrera que quiso edificar un refugio contra los ataques de los piratas. Eliasú estaba entusiasmado con el recinto por la cantidad de historia que encerraban aquellas paredes. Estuvo en todas las garitas mirando por las estrechas rendijas e imaginado como los soldados disparaban a los invasores.

Con poca gana prosiguió el viaje hacia Haría. Un valle que impresionó al chico por el contraste entre las palmeras y las diminutas casitas blanquecinas. En la plaza del pueblo paseó durante largo rato. El entorno es un remanso de paz donde descansar a la sombra de majestuosos árboles que refrescan el recinto. Allí no se notaba el calor sofocante que habitaba por el resto de rincones del pueblo. El frescor y la paz eran las notas predominantes de aquel maravilloso lugar.

De Haría regresaron nuevamente al hotel no sin un gracioso altercado en un enlace de la vía de circunvalación que estaba en obras. Hizo falta pasar por un puente hasta tres veces para encontrar la dirección correcta. Eliasú no podía contener la risa ante el apuro del conductor que daba vueltas y vueltas sin parar en el enlace que tenía forma de trébol, visto desde el GPS y al que no encontraba solución. No querían llegar tarde al horario de la comida, de ahí la premura en la toma de decisiones.

La tarde del segundo día transcurrió entre paseos y baños en la piscina además de una buena siesta para reponer las energías gastadas en día de tanta aventura.

vista de teguise desde guanapayVista de Teguise desde el Castillo de Guanapay

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