De todos es conocido que lo que ponemos en las redes, navegador, mensaje… desde el momento mismo en el que apretamos la tecla “enviar” deja de ser privado para convertirse en algo público. Sin embargo, las recientes noticias sobre espionaje de conversaciones, mensajes, perfiles, reabre el debate de algo que todos sabíamos… «Nos espían» ¿pero hasta tal punto?
Una de las cosas que más perplejidad me ha causado las lecturas sobre este tema ha sido saber algo más sobre la “geolocalización”. Porque no se trata ya de que aquello que ponemos en la red se hace público inmediatamente, sino de conocer que estamos localizados las 24 horas a través de nuestro móvil. Existe en España legislación que ordena a las operadoras de teléfono a guardar informes sobre los lugares donde ha estado nuestro teléfono. Información que sólo se conocería en caso de requerimiento judicial. No obstante, el pensar que se está registrando en algún servidor todos mis paseos, salidas, entradas, visitas, aunque sea con la mejor intención del mundo, seguridad personal incluida, como mínimo, me inquieta.
No es que no vaya a dormir esta noche porque mi compañía de teléfono me espía. Lo que me preocupa es que podría hacerlo cualquiera. Así, un avispado informático o hacker, a través de la geolocalización, puede saber cuáles son mis gustos, los lugares a los que acudo asiduamente, a que centros comerciales voy, a que bares o si me gusta la actividad al aire libre o deportes acuáticos. Porque nuestros móviles tienen una precisión terrible para localizarnos en un mapa, lo cual esconde un grave problema de privacidad. Estoy vigilado las 24 horas del día. Y detrás de los «graciosos» chek-in de cualquier red, o el «estoy aquí con…» se puede ocultar alguna mala intención de quien «quiere tenernos vigilados»
Sin embargo, lo que nos llama la atención es lo que aparece en los telediarios, cosa que a mi me parece irrelevante comparado con esta localización. Aunque no creo que valga la pena preocuparse demasiado, entre otras cosas porque no está en nuestras manos cambiarlo. Aunque obviamente, será bueno ir pensando en dejar el teléfono en casa o apagado alguna vez si queremos tener algo de intimidad.